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Rosendo Maldonado recorrió con pesar el espacio donde hasta el jueves funcionó su comercio.Foto: Anny Bazán / EXTRA

¡Saquearon 41 años de ‘camello’!

Más de 200 personas ingresaron a su local y se le llevaron todo. Abrieron las puertas con patas de cabra y piedras.

A los saqueadores les tomó seis horas destruir lo que a Rosendo Maldonado Carabajo le costó 41 años de trabajo.

Aproximadamente 200 personas, varias de ellas armados con palos y piedras, ingresaron a su local ubicado en la manzana 5, de la cooperativa Causa Proletaria, del Guasmo sur de Guayaquil.

Maldonado es uno de los cientos de perjudicados por los disturbios que el jueves pasado se apoderaron de las calles de varias ciudades del país, valiéndose del paro nacional convocado por los transportistas.

Con pesar, mientras recorría los desperdicios que quedaron de lo que fue su negocio, Rosendo, de 67 años, relató a EXTRA cómo ocurrió el ‘atraco’ que le ha causado enormes perjuicios económicos. Se le llevaron más de 300 mil dólares en mercadería y destrozaron su local.

Cinco horas de terror

Todo comenzó aproximadamente a las 10:45. A esa hora una gran cantidad de personas empezó a merodear el sector. Maldonado cerró las puertas del local como medida de precaución.

Quince minutos después una multitud enardecida se aproximó a su negocio y utilizando patas de cabra y piedras abrieron las rejas y las puertas corredizas del comercio.

Adentro aún permanecían Rosendo y su sobrina Diana Villalta. Las dos empleadas, Mariela Mora y Adriana Quinde, se habían retiraron antes a sus viviendas por seguridad.

Rosendo y Diana trataron de apaciguar los ánimos y evitar que los revoltosos se apropiaran de la mercadería, pero nada pudieron hacer. “Éramos dos personas y ellos un gentío. Temíamos por nuestras vidas. Entraban y sacaban las cosas como que si estuvieran en su casa”, narró Diana.

La joven rememoró que el saqueo concluyó a las 17:00 cuando habían ‘saciado su sed’ por apropiarse de todo.

Nada quedó en las perchas, se llevaron desde los congeladores, televisores, hasta los huevos, las fundas con azúcar, arroz, las láminas y cartulinas. Todo. Fueron cinco horas de terror. Por más que pedimos ayuda a la Policía llegaron cuando ya habían saqueado el local”, expresó Villalta.

No tiene seguro

Mirian Maldonado, hermana del perjudicado, manifestó que estaba en su vivienda, ubicada al lado del negocio de Rosendo, cuando los vándalos irrumpieron en el local.

“Se llevaron los años de esfuerzo de mi hermano. No respetaron nada. Como no podían abrir el negocio, porque mi ñaño cerró las puertas, se metieron a la fuerza, peor que delincuentes. Muchos de ellos eran personas del sector”, indicó Mirian.

El perjudicado no contaba con un seguro para su comercio, por lo que será difícil que pueda recuperar la mercadería sustraída.

Roberto Ferrín, dependiente del perjudicado, lamentó lo ocurrido con su empleador. Él acudió la mañana de ayer, 22 horas después del saqueo, para colaborar con su patrono.

“Lo conozco hace años y me apena porque es un negocio que tiene décadas, uno de los primeros del Guasmo. Vendía víveres, productos escolares, electrodomésticos”, refirió Ferrín.

Para Rosendo no solo era su negocio y su fuente de ingreso, era el lugar donde ha trabajado toda su vida para sacar adelante a sus dos hijos.