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El cuerpo sin vida de una joven fue localizado en un extremo del río Babahoyo, en el cantón Samborondón, tras caer del puente de la Unidad Nacional en Guayaquil la madrugada del 27 de julio.Internet

¿Por qué las personas se ahogan pese a saber nadar?

Un entrenador profesional de natación y un rescatista dan sus criterios respecto a por qué las personas se ahogan pese a que generalmente saben nadar.

La reciente desaparición de Rosibel González, tras caer del puente de la Unidad Nacional a las aguas del Río Daule, en Guayaquil, concluyó el 29 de julio con el hallazgo de su cadáver.

La joven de 25 años cayó al río cuando intentaba tomarse una foto la madrugada del 27 de julio en compañía de un amigo, luego de salir de una discoteca.

El cuerpo sin vida de González fue localizado en un extremo del río Babahoyo, en el recinto Sabanilla, del cantón Samborondón.

30 horas luego del suceso, el jefe de la División Fluvial del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil, el mayor Carlos Mallarino, indicó que eran pocas las posibilidades de encontrar con vida a González.

Una de las interrogantes en este caso es: ¿Era posible que la joven sobreviva en las aguas del caudaloso río Daule si sabía nadar?

Consultamos con Mallarino y un entrenador profesional de natación sobre esta posibilidad.

El pánico se apodera de la persona

Para el jefe de la División Fluvial existen condiciones que influyen, entre ellas la presencia de aguaje y quiebra en el afluente.

Durante el suceso de González, según Mallarino, no se presentó un aguaje pero sí una quiebra (cuando el agua que está entrando empieza a salir y su velocidad es menor). Asimismo, detalla que además de las corrientes en la superficie, están las submarinas.

En el caso de la joven, la corriente predominante que arrastró su cuerpo por casi 25 kilómetros (Río Daule-Río Babahoyo-Sabanilla), fue la del Babahoyo.

Según Mallarino, en el hipotético caso de que la joven hubiese sobrevivido a la caída y sabía nadar, “ella tenía que dejar que la corriente se la lleve flotando y buscar la manera de gradualmente en la flotación, ir nadando hacia una orilla”.

El rescatista indica que las razones por las cuales las personas se ahogan pese a saber nadar, es que el pánico se apodera de la persona. “Imagina caer en la mitad de la noche en un río que no conoces y sentir que el agua te lleva”, menciona en relación al caso de Rosibel González.

Agrega que “el pánico hace que la descarga de adrenalina no sea manejada de la mejor manera, llega el desespero, y tienes la posibilidad de agotarte físicamente más rápido”.

El miembro de los Bomberos de Guayaquil, narra que en los cursos de rescate “nos enseñan a dominar esa desesperación y en cansancio extremo, nos dan técnicas para flotar”.

Mallarino recomienda que lo mejor en estas situaciones es serenarse, tomar el control de la situación, y buscar una vía de evacuación. “Nadar con la corriente hacia la orilla, no contra la corriente porque se cansa mucho más rápido”, acota.

Dejarse llevar por la corriente

Xavier Coello, profesional de educación física y entrenador de natación con experiencia en salvataje en mar abierto, indica que “el río Daule y el Babahoyo son de marea. Poca gente lo sabe. Los dos desembocan y forman el río Guayas”.

“Si ella (González) se ahoga en el río Daule y la marea ha estado de salida, entonces el cuerpo va hacia el Guayas, pero parece que al momento que ella iba en esa dirección, toma La Puntilla de Samborondón y empieza a subir la marea. Esto hace que el cuerpo se regrese”, explica. El profesional de natación menciona que si una persona cae a un río como estos, tiene que ver qué corriente la lleva y tratar de nadar hasta la orilla.

“Una persona que solo sabe nadar tendrá un problema en su cabeza, pero un nadador con más experiencia ve la corriente y se dejará llevar lentamente a cualquier borde”, indica Coello.

Coello plantea el supuesto escenario de un incremento de marea cuando cayó González al río Daule: “Si estaba subiendo, ella debía coger hacia donde va el afluente del Daule y pegarse hacia la pared”.

“Es como cuando vas al mar y de repente una ola te lleva... El que sabe nadar, no nada por nadar, solamente lo hace cuando la ola entra; si tú nadas cuando la ola está moviéndose, te cansas, pero si haces lo mismo que un surfista, abrirse bien afuera, esperas la ola y nadas con ella hacia la orilla”, agrega.

Sobre los ríos de agua dulce en pueblos, el instructor explica que no tienen marea porque están lejos del mar. Sin embargo en ciertas desembocaduras a ríos más grandes puede presentar remolinos. ¿Qué hacer si caes a un río y te topas con uno de ellos?

“Tranquilizarte y solito el remolino te bota de nuevo a la corriente del río”, dice Coello. Sin embargo —añade— la gente suele desesperarse, comenzar a nadar sin parar y ahogarse.