El letrero con la frase “Chao Pabel” se desplegó afuera de la Delegación Provincial de Pichincha del Consejo Nacional Electoral, este lunes 5 de agosto. Esa será la consigna de Néstor Marroquín y otros ciudadanos con el pedido de revocatoria de mandato del alcalde de Quito, Pabel Muñoz.

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El proceso recién empieza, pues el organismo electoral deberá aprobar la petición y entonces entregar los formularios para la recolección de firmas. “Lo estoy haciendo como ciudadano, sin patrocinio político. Ejerciendo el derecho de participación ciudadana”, dijo Marroquín a EXTRA.

Afirmó que la causal para esta solicitud es el proselitismo político de Muñoz a favor de su coidearia Luisa González en la última campaña presidencial. El Tribunal Contencioso Electoral ya sancionó al alcalde con 9.200 dólares de multa y disculpas públicas. “Esta sentencia demuestra que (Muñoz) ha incumplido la ley”, agregó el solicitante.

En su enlace semanal del 5 de agosto, Muñoz calificó de pérdida de tiempo esta iniciativa. “Un saludo para quienes han decidido perder el tiempo, mientras algunos avanzamos”, manifestó.

Aseveró que solo se busca desestabilizar a la ciudad. “Que tengan buena suerte. Los quiteños estamos para trabajar”, aseguró.

En una entrevista con una radio subrayó que existe campaña electoral de por medio. “No tengo la más mínima duda de que algunos harán de la campaña política ataques a Cuenca, Guayaquil, Manta, Portoviejo, porque hay algunos que lastimosamente viven de la política del ataque”, agregó el alcalde.

Las inconformidades con la gestión de la Alcaldía se han registrado ya antes. En 2018 un grupo de ciudadanos intentó revocar a Mauricio Rodas, proceso que no prosperó.

En junio de 2021, el Concejo Metropolitano aprobó la remoción del entonces alcalde Jorge Yunda. Pero existen diferencias. Carolina Moreno, una de las que llevó a cabo el proceso de remoción, explicó que lo que ella impulsó fue un juicio político local. “Por eso el que censura es el Concejo y luego el alcalde tuvo que dejar el cargo”, explicó.

La revocatoria es distinta, pues es la ciudadanía directamente quien decide si el principal funcionario se queda o se va. Para ello, el proponente deberá conseguir al menos 180.000 firmas que representa al 10 % del padrón electoral de Quito. “Con ello se da paso a la consulta popular para que los quiteños decidan”, agregó Moreno.

Sin embargo, tiene sus reservas, pues cree que el proselitismo político no sería una causal para la revocatoria.

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