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Quito: Vecinos de la Baker II se cansaron de los borrachos y los robos
Moradores de la Baker II, norte de Quito, usan rocas para impedir que sus calles se conviertan en ‘chupaderos’ .
Medidas desesperadas ante situaciones difíciles han tomado los quiteños por la creciente inseguridad. Uno de esos casos se ha dado en el sector de la Baker II, norte de Quito.
Los moradores tomaron los escombros que quedaron de trabajos en el Parque Bicentenario y los convirtieron en ‘guardianes’ de la esquina de las calles Humberto Marín y Real Audiencia.
“Estábamos cansados de que los carros se estacionen y sus conductores conviertan esto en una cantina”, comentó Mónica Amores, dirigente barrial.
Ella, quien tiene su casa frente a la hilera de piedras, comentó que hace varios meses solicitaron al Municipio de Quito que cercara esa esquina para evitar la presencia de borrachos. “Insistimos tanto que lo logramos. Pero colocaron unos cuantos bolardos y ya”.
Eso no fue suficiente para los moradores, pues los vehículos podían cruzarlos sin problema y “continuar la farra”.
SON ORGANIZADOS
Esta no fue la única petición al Cabildo. Tuvieron que insistir, según Amores, para que cambiaran las mallas del Parque Bicentenario. “Pero fueron dejando los escombros, aunque luego sirvieron de algo”.
Desde que tomaron esta medida han visto que los ‘chumaditos’ ya no paran por la zona. Además los asaltos a los transeúntes han disminuido.
Nelly Guambo, quien atiende una legumbrería cerca de allí, no le ha puesto mucha atención a la colocación de piedras, pero cree que “sí han bajado los asaltos. Ya no se siente tanto miedo”. También reconoce que el barrio es unido y organizado, porque todos están pendientes a través de un chat comunitario.
COMO EN EL BAÑO
Los vecinos también han solicitado al Cabildo que retire un poste ‘mal parqueado’ que está en la esquina con piedras. “Cuando no hay mucha gente, algunos aprovechan para orinarse ahí. Ese poste parece un imán”, manifestó Amores.
Agregó que varias veces han tenido que llamar al 911 para que retiren a las personas que ensucian el espacio público y a quienes insisten en convertir la vía pública en ‘chupadero’.
Por su parte, la Empresa Metropolitana de Obras Públicas dijo a EXTRA que la colocación de bolardos se realizó por completo y que no se tiene planificada otra intervención.
Los trabajos, explicaron, se ejecutaron “con el fin de contrarrestar el mal uso del espacio público”. Por lo pronto, los vecinos ahuyentan a los borrachos y los delitos como pueden.