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Quito

Varios andenes no tienen luz. En otros, los focos son inestables.KARINA DEFAS

¡La estación de la Ofelia es la parada del terror!

No hay luz en andenes. Hay goteras. Las barandas están oxidadas. La infraestructura y los buses ya cumplieron su vida útil. El consorcio a cargo dice que se necesita ‘billete’

Son las 18:30. Empieza a oscurecer y los usuarios de la estación de buses de La Ofelia, donde opera el Metrobús, sienten temor. Ven cada vez menos porque algunos focos de los andenes no sirven.

Los letreros de las rutas que van al noroccidente de la capital son indistinguibles, los ciudadanos hacen fila por intuición o porque la fuerza de la costumbre los hace recordar dónde subirse a una unidad.

María Rodríguez se traslada desde Carcelén hasta Cotocollao todos los días a la misma hora. Dice que mientras hace fila debe apretar su cartera porque los ‘choros’ “aprovechan la oscuridad”. “Hay que tener cuidado”, comenta.

Ella recuerda que la falta de luz en los andenes se evidenció el año pasado, cuando la ciudad volvió a la normalidad luego de la pandemia.

"Aquí aprovechan la oscuridad para robar, se debe andar con cuidado. Pero esta es la única ruta que me sirve para ir a mi casa”María Rodríguez, 
​Usuaria

Ney Jiménez, gerente del consorcio Corredor Central Norte (a cargo de esta y todas las paradas del Metrobús), dice a EXTRA que precisamente ese período hizo que todo empeorara.

“De pronto dejamos de percibir ingresos y no había para hacer mantenimientos de paradas o unidades”, agrega.

Ya no sirven

Además de la oscuridad y de que en algunas zonas la luz blanca titila como en una película de terror, hay goteras. Por lo que algunos hasta han tenido que usar paraguas bajo techo. ¡Qué problema!

Los techos están rotos. Hay goteras. Diariamente se transportan en este sistema al menos 110.000 pasajeros.KARINA DEFAS

María del Carmen Velásquez comenta que cuando llueve da lo mismo estar afuera o adentro de la estación, porque el techo “ya no da más”.

Este Diario, en un recorrido, ha constatado el estado de la infraestructura que ya tiene 17 años. Hay partes de la cubierta que están rotas o que faltan pedazos. Las barandas, que deberían servir para que las filas de usuarios se mantengan en orden, están torcidas y oxidadas.

“No hay cómo arrimarse porque da miedo de que se termine de dañar”, explica Consuelo Taimán, otra usuaria.

Jiménez reconoce que los problemas son múltiples no solo en esta, sino en todas las paradas del Metrobús, pero que son peores debido al vandalismo. “Lo poco que logramos arreglar enseguida lo dañan”, lamenta.

También explica que tanto la flota como las infraestructuras ya cumplieron su vida útil y que resulta “más barato comprar todo nuevo que rehabilitar lo que existe ahora”.

Para ello, se necesita ‘billete’. Pero no hay, según Jiménez, pues solo el cambio de unidades costaría 20 millones de dólares. Aunque se muestra optimista, porque en su última reunión con el Cabildo quiteño habrían acordado que la rehabilitación es urgente. “Se tiene planeado que la Empresa de Obras Públicas pueda ayudarnos con algunas reparaciones”, agrega.

Sin embargo, cree necesario subir el pasaje para enfrentar los problemas económicos por los que atraviesa este sistema, aunque para ello deben primero mejorar el servicio.

Las goteras también son un problema. Las barandas no dan más. Esperamos que ya haya un mantenimiento.Consuelo Taimán, 
ciudadana.