Los vecinos del barrio Obrero Independiente, suroriente de Quito, apresuran el paso cuando deben caminar por el puente 1. Sobre todo luego de que se colocaran las cintas de peligro.

Hace tres semanas se percataron de que los cimientos de piedra se están desmoronando, pero el flujo vehicular no ha disminuido. Tampoco existe alguna señalética. Nada. “Esto se puso más grave desde que empezaron a hacer arreglos en las alcantarillas”, dijo Viviana Dueñas, vecina de la zona.

Ella procura ir por otras rutas por temor. “No solo es peligroso para los peatones, también para los carros. Esto se puede caer”, agregó.

A pesar de que esta vía no es principal, centenas de vehículos transitan por allí, pero no porque vivan por el sector, sino para evitar pagar el peaje de la autopista General Rumiñahui, que conecta con el valle de Los Chillos. “Se dan la vuelta en ‘U’, los que se regresan al valle. Pero esto pasa todo el tiempo”, reclamó Rosa Lema, quien tiene su casa junto al puente.

Ella vive angustiada, pues teme que en cualquier momento la estructura se caiga y con ella su casa, construida hace aproximadamente 20 años. “Toda mi familia vive aquí, si sucede algo así no tendríamos a dónde ir”, lamentó.

Cuando el equipo de EXTRA estuvo en el sitio, por lo menos unos 15 vehículos, entre ellos dos camiones, se dieron la vuelta a pocos metros de las cintas amarillas. “Yo no sabía que estaba en peligro el puente. No me fijé en las cintas”, dijo uno de los conductores.

Rosa explicó que esta práctica también puede ser el detonante para que los cimientos se desmoronen.

Este Diario se comunicó con la Empresa Metropolitana de Obras Públicas (Epmmop) para conocer si existe algún plan de contingencia, la respuesta desde el departamento de Comunicación es que se enviarán técnicos para una inspección.

Después del reporte de EXTRA la entidad informó que este 14 de marzo visitaron el sitio. "En estos días se inician labores de mitigación y limpieza en el puente", explicaron. Además, afirmaron  que no existe  riesgo estructural y que al parecer hay una fuga de agua. "Ya coordinamos con Epmaps (Empresa de Agua Potable)  para hacer el trabajo conjunto. Muchas gracias por el reporte", dijeron.

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Rosa, hasta tanto, revisa el daño de la estructura casi a diario, para monitorear el estado del terreno. Dijo que el Cabildo sí tiene conocimiento de la situación, pues hace un mes la zona quedó sin agua y cuando fueron a revisar “se dieron cuenta de la caída del muro de piedras”.

Ella cree que las zanjas de agua lluvia son otro factor para que la problemática sea más grave cada día. “Menos mal no ha llovido como otros años, sino ya tendríamos una desgracia”, apuntó.

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