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En esa zona funciona una escuela y una parte se destinó para parqueaderos, lo que la hace muy transitada.RENE FRAGA

Quito: ¿Por qué pintaron de naranja la calle Caldas?

Según el Municipio de Quito se trata de una intervención artística, pero los habitantes reclaman porque podría ser un peligro para los conductores

“¡Es un despropósito!”, dice Selena Gálvez, moradora de la calle Caldas, ubicada en el Centro Histórico de Quito, al verla pintada de naranja. Esta vía que conduce desde la avenida 10 de Agosto hacia la Basílica es de alto tráfico vehicular, por lo que uno de los temores es que los autos se resbalen cuando llueve. “Ya pasó, yo mismo me caí”, reclama Édison Simbaña, uno de los dirigentes del barrio.

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El llamativo color, que la mayoría lo ve amarillo y no naranja, también sería un problema para quienes transitan por allí. “Con el sol que hace en Quito, la luz se refleja a los ojos directamente. Duele la cabeza, estorba al conducir. No sé a quién se le ocurrió”, agrega Selena.

Pintura en la calle Caldas: ¿Arte moderno?

Según Felipe Escudero, el arquitecto que ideó esta intervención. “La intención es activar el centro de Quito, puesto que ha estado deshabitado por mucho tiempo”, refiere.

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El concepto, explica, salió de su estudio. ¡Y claro que llamó la atención! Pues las imágenes y los reclamos se hicieron virales en redes sociales. Ante ello, el Cabildo respondió que la pintura usada no fue un gasto público, sino un ‘regalito’ de una empresa de pinturas. “Pero ni regalado, es que no tiene ni estética”, reclama Selena.

Escudero explica que el color fue elegido porque da buena energía. “Te vitaliza, te da buenos sentimientos. Por ejemplo, los monjes budistas usan este color porque te transmite paz”, asevera.

Todavía faltan más calles

Alejandro Ortiz, administrador zonal del centro, dijo que es parte del proyecto Sendero Seguro y que habrá más calles con ese color. “Va desde el Itchimbía, bajando por la Antepara, la Caldas y termina en La Basílica”, asegura.

Las escalinatas hacia el parque Itchimbía también son parte del proyecto.CORTESÍA - Municipio de Quito

Ortiz insiste en que los vecinos fueron parte del proyecto y que incluso tiene las firmas de apoyo. A ello los habitantes responden que solo se enteraron de lo que estaba pasando cuando vieron a las cuadrillas pintando el adoquinado.

Lo que ellos quieren es que haya control sobre las personas que hacen de esa calle una cantina. “Aquí vienen a beber, se pelean, dejan ensuciando y no hay quien nos ayude. De eso deben ocuparse, sobre la pintura también se van a orinar”, reclama Édison Simbaña.

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