El temor invade a quienes habitan en los barrios que están alrededor del sector El Mirador de Humboldt, en el occidente de Quito, porque la quebrada El Tejar ha registrado deslizamientos y no hay quien haga algo para encontrar una solución que aleje del peligro a los lugareños.

María Mercedes Tulmo Tipantuña tiene su casa a diez metros del desfiladero, junto a la única calle que conecta a esta zona con el resto de la ciudad. Recuerda que hace pocos meses, cuando se registró un deslizamiento al frente de su propiedad, hubo un movimiento de tierra tan fuerte que llegó a pensar que se trataba de un terremoto.

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Luego constató lo que había sucedido. La solución que el personal municipal de la época les dio fue la colocación de un plástico en la ladera para evitar que el terreno se humedezca y se generen otros percances, pero eso no sirvió, porque el viento ha movido la protección y el barranco poco a poco se ha ido desmoronando. Además del otro lado de la quebrada también se han registrado deslizamientos, dos de estos ponen en riesgo algunos predios, pues es evidente que parte de sus patios empiezan a quedar en el aire.

“Y no es solo por acá. Desde arriba está peligroso esto. Estamos preocupados”, sostiene la residente. Ella añade que al acercarse la época lluviosa el riesgo incrementa, lo que podría empeorar la situación y que la calle termine en el barranco.

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A eso se suma que en algunos bordes del desfiladero ya se empiezan a perder tramos que dan soporte a las bases de una baranda y a los postes. Uno de estos ya tuvo que ser retirado por ese motivo. La moradora señala que si la situación continúa de esa forma, también podrían quedar sin las conexiones a teléfonos, internet y energía eléctrica. “Este problema tiene más de un año, ya lo hemos advertido”, asegura.

Luis Taday, otro habitante, reitera que hay barandas en el aire y que además hay escalinatas, junto a la quebrada, que están con fisuras y que el peligro que corren es alto, porque la quebrada es profunda.

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Agrega también otro problema, que corresponde a algunas personas que pasan por el sitio: la acumulación de basura en el lugar. Eso, según Taday, puede provocar que en caso de lluvia el agua se acumule, debido a que se está creando un taponamiento. Por eso hace un llamado a quienes han tomado el sector como un basurero o una escombrera, a que dejen de hacerlo, porque eso empeora la situación. 

“Como moradores hemos tratado de cuidar, pero hay vecinos que no hacen conciencia y siguen botando cosas a la quebrada”, concluye.

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