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Quito: Estefanía Pabón, la protectora de las quebradas de la capital
Impulsó un fallo de la Corte Constitucional y una ordenanza municipal a favor de las quebradas. Su lucha empezó desde que vive en peligro de caer al abismo
Estefanía Pabón convive con el peligro cada día. Los cimientos de su casa -barrio Puertas del Sol, en el norte de Quito- están prácticamente en el aire desde hace seis años. Desde entonces se propuso proteger los derechos de los afectados por el talud de la quebrada Carretas, junto a la que creció.
Luego el plan se fue ampliando y ahora se ha convertido en la la “reinita de las quebradas”. La comunicadora de 32 años es la creadora del Colectivo Luchando por las Quebradas, que aglutina a por lo menos 100 quebradas del Distrito Metropolitano de Quito. “Empezamos creando un colectivo solo de Carretas y fuimos avanzando”, dice.
LOS PRECEDENTES
En enero de 2022 logró, junto a otros activistas, que la Corte Constitucional falle a favor de las quebradas. En la sentencia se declara que el Municipio de Quito vulneró el derecho a vivir en un ambiente sano. Es decir que las acciones y omisiones de la autoridad en el manejo del río Monjas provocaron afectaciones a los moradores de la zona y a todos los quiteños.
A partir de eso se logró que el cabildo declarara en emergencia a dicha quebrada y que los trabajos en Carretas pasen de las innumerables inspecciones a la acción. “Conseguimos que el Municipio destine 2 millones de dólares para recuperarla”, relata.
Dentro de eso se establece que las aguas servidas dejen de enviarse a la hondonada. “Ya no es la alcantarilla de esta zona”, agrega. En este marco también se aprobó la Ordenanza Verde Azul que abarca bosques protectores, áreas de producción sostenible, corredores verdes, parques, ríos, quebradas, lagos, esteros y humedales o Sistemas de Drenaje Urbano Sostenible, por ejemplo.
LA LUCHA NO TERMINA
Estefanía dice que no ha sido nada fácil, pues ha visto pasar varias administraciones municipales y cada cambio significa volver a empezar los procesos. “Vuelven a pedir estudios o inspecciones porque cambian los funcionarios. Hasta toca volverlos a conocer”, replica.
Su activismo lo hace tanto en territorio como en redes sociales. Ha organizado plantones para exigir acciones para la conservación de las quebradas. Ahora lidia con un litigio con el cabildo por su casa, pues debido al inminente peligro debe desalojarla junto a su familia. “Yo no me niego a dejar mi casa, pero no acepto que me digan que el avalúo es de 7.000 dólares”, reclama.
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En esta semana se tiene previsto realizar otra inspección a la propiedad para establecer el valor de la expropiación. Mientras tanto, ya no puede usar su patio trasero, porque cada vez es más pequeño. Su madre y su abuela duermen en un local que da a la calle, a pesar de que la adulta mayor ya necesita cuidados especiales. “Ahí funciona un taller, obviamente no tiene las comodidades de una habitación”, señala.
Dice que no se cansará de ‘molestar’ a las autoridades, aunque eso signifique resultar incómoda. “En una Frecuencia Quiteña (programa de los lunes), el alcalde (Pabel Muñoz) dijo que yo exijo cosas y que no lo hice con los anteriores. Yo me dirijo al que esté al frente y ahorita es él”, aclara.
Hasta ahora no ha participado en ninguna contienda política como candidata, porque prefiere seguir su activismo desde el territorio. Desde enero fue convocada, por ejemplo, para apoyar a los ibarreños en la defensa de la laguna de Yahuarcocha. “Eso me llena mucho y me da fuerzas para seguir, porque la gente también toma conciencia del cuidado de las fuentes hídricas”, finaliza.
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