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En algunos sectores donde se ubican las cooperativas, los uniformados suelen ejecutar rondas de seguridad.RENE FRAGA

Quito: Las cooperativas de taxis que estarían ‘bajo la lupa’ del crimen organizado

Son extorsionados y sus vehículos son utilizados para cometer otros delitos. Un oficial pidió operativos para contrarrestar el problema, pero no le ‘pararon bola’.

Cinco cooperativas de taxis informales que operan en el sector de Chilibulo, en el sur de Quito, estarían sometidas por el crimen organizado.

EXTRA hizo un recorrido para evidenciar esta problemática y, según los conductores que trabajan en esas compañías y moradores que viven a sus alrededores, dos bandas organizadas se estarían disputando el sometimiento de estos lugares de trabajo para fines delictivos.

(Lea también: Crimen de taxista de Chilibulo dejó en evidencia a banda que estaría operando en la zona )

Dos hechos develaron esta realidad. El primero fue el asesinato del taxista Cristhian Miguez, a quien le dieron un tiro en la cabeza la mañana del 18 de noviembre. Según la Policía, se trataría de un ajuste de cuentas, pero una persona allegada a la víctima contó que esta había estado ‘vacunada’.

El segundo fue la detención de cinco sujetos que robaron un taxi y pretendían extorsionar al propietario para devolvérselo. Esto ocurrió el 27 del mismo mes.

José Arias es uno de los socios de una compañía que se ubica en las avenidas Mariscal Sucre y Huaynapalcón. El hombre asegura que existiría una persona que, desde la cárcel de Latacunga, estaría enviando órdenes para cometer crímenes y otros actos delictivos.

El caso de Miguez, al parecer, fue bajo esa modalidad.

Un compañero de Arias que prefirió no identificarse comentó que en una ocasión los agentes de tránsito quisieron llevarse un vehículo que circulaba como taxi informal, pero no pudieron hacerlo.

“Cuando la grúa lo estaba remolcando, vino un hombre ‘macanudo’ y le dijo al uniformado: ‘Déjale ir a ese carro o te mato’”.

Doblegados al crimen

Una señora que tiene una tienda cerca de una de las cinco cooperativas que estarían sometidas  señala que algunos de los trabajadores de las compañías serían parte de una banda criminal.

Ella afirma que las personas que controlan el tiempo y los despachadores que ayudan a subir a los pasajeros les cobran las coimas diarias a los taxistas y reportan las ‘anomalías’ a sus ‘jefes’. “Hacen videollamadas y cuando terminan de hablar hacen señales que pertenecen a algunas bandas organizadas”.

EXTRA tuvo acceso a dos informes de la Policía del Distrito Eloy Alfaro (jurisdicción a la que pertenece el sector de Chilibulo), en los que el oficial que estaba a cargo de la zona solicita a entidades municipales y a unidades investigativas que indaguen a las cinco cooperativas, por ser “cómplices de actos delictivos y también por prestar servicios en vehículos robados o clonados”.

Luego de no recibir una respuesta positiva, al oficial lo cambiaron a otro circuito.

Taxistas son afectados

El conductor de un vehículo amarillo que no quiso identificarse y que conocía a Miguez dice que a ellos no solo les cobran ‘vacunas’ para trabajar en paz, sino que los ponen en peligro cuando les piden una carrera para cubrir una ruta en la que supuestamente reparten estupefacientes.

EXTRA buscó durante tres días la versión de la policía, pero no hubo respuesta. Se contactó vía telefónica con el departamento de comunicación y con oficiales encargados y tampoco hubo información.

El abogado Alberto Montenegro, experto en seguridad, comentó que con este tipo de acciones las estructuras criminales obtienen un negocio redondo. Según su análisis, los delincuentes no solo obtienen un beneficio económico con las extorsiones, sino que también se ayudan con logística “para la comisión de otros delitos como sicariato o extorsión”.

El jurista añade que cuando cometen algún crimen están reforzando su presencia ante otras bandas y generando temor entre quienes viven en los alrededores de las cooperativas. 

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