Los dos ataques terroristas con coches bomba en Quito no solo enviaron un mensaje al actual gobierno ante decisiones tomadas en torno a las intervenciones carcelarias. Sino también, aunque de manera indirecta, a los candidatos que buscan la presidencia en la segunda vuelta y a los votantes.

Eso es lo que deducen dos especialistas políticos colombianos que analizaron estos hechos en plena campaña electoral de Daniel Noboa y Luisa González, quienes, al menos en sus redes, no han ahondado mucho en este tema.

Para el analista Pedro Viveros, quien también es columnista del Diario El Espectador de Colombia, primero se tiene que entender el contexto actual del país en el que se dieron los atentados en la capital.

“Lo que ocurre en Ecuador es la mezcla de dos factores. Uno: se vive una suerte de multicrimen que actúa en sitios donde los delincuentes son poderosos, a nivel territorial y de forma económica”, afirma.

Lo segundo, en cambio, ya salta a lo político. A decir de Viveros, la polarización de los partidos agranda la debilidad de la institucionalidad del Estado, lo que es aprovechado por los delincuentes. “Eso hace que los criminales metan presión para que esos actores políticos tomen decisiones a su favor”, precisa el analista.

Salpicados

Y en medio de todo esto, hay una amenaza clara a las elecciones próximas del 15 de octubre. Para Viveros, los atentados tienen “expresas intenciones de generar terror a algunos sectores de la población ecuatoriana para socavar la decisión libre de los votantes”.

Un ejemplo previo de infundir miedo en la gente, según Viveros, fue el crimen del excandidato Fernando Villavicencio, baleado luego de un mitin político en el norte de Quito, el 9 de agosto pasado. “Todo eso es una mezcla de lo que ya vivimos en Colombia, de una manera muy fuerte”.

A este criterio se une Manuel Rayran, docente e investigador de la Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia. Para él, los atentados no solo agudizan la crisis de seguridad que jamás ha vivido el Ecuador, sino que los electores ni siquiera podrían tener la garantía, por parte del Estado, de ejercer su derecho al voto por otros atentados.

En cuanto a los candidatos Noboa y González, Rayran precisa que ellos van a estar “mucho más asustados en su carrera electoral para ser elegidos”. Apunta a que eso también pone en riesgo las propuestas que tengan.

“Es importante que, a pesar de la violencia, la segunda vuelta debe tener todos los elementos de legitimidad. Y una vez que se elija un presidente o presidenta, debe rodearse de todos los sectores políticos para batallar contra esta crisis de seguridad”, precisa el analista.

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Pero acota que la situación actual no se puede resolver solo desde Ecuador, sino en cooperación de países como Venezuela, México, Brasil, muy vinculados con el narcotráfico. “Es evidente que dicha crisis tiene un carácter transnacional”, finaliza.