El primer consejo que Luis Vega daba a sus seres queridos era que si los asaltaban no opusieran resistencia. “Lo material se recupera con el trabajo honrado, nos decía”, recordó una parienta de este hombre que, a pesar de haber aplicado aquel ‘mantra’, fue vilmente asesinado.

Es que el nivel de violencia en el ‘sacapinteo’ ha subido de tono en la capital. La víctima recibió un disparo en el pecho que le perforó el corazón y un pulmón a manos de un criminal que le robó 2 mil dólares, en el parqueadero de un supermercado del sur de la capital, el martes 24 de octubre.

Por este caso, la policía detuvo a cinco venezolanos: Wilmer Palencia, Édgar Jiménez, Juan Pablo Quintero, Juan Carlos Velásquez y el adolescente Omar M., además de la ecuatoriana Nancy Silva.

Decisión judicial

Ayer 26 de octubre se realizó la audiencia en contra de los cinco adultos, quienes recibieron prisión preventiva por el delito de robo. Del muchacho, de 17 años, no se difundió su situación legal, por ser menor de edad.

Ante esto, la parienta y el resto de la familia de Vega estaban preocupados porque, a su criterio, la investigación debía iniciarse por asesinato. “Lo que queremos es que esto no quede impune”, dijo la familiar del afectado, quien era un abuelo amoroso y un padre ejemplar.

Vega llegó a la Carita de Dios cuando era muy joven desde Latacunga, Cotopaxi, su tierra natal. Surgió desde abajo con un emprendimiento de reciclaje junto a su esposa, trabajo que ahora realiza gran parte de su descendencia.

“Cuando el hijo recibió la llamada en el trabajo, salió de inmediato, pero ya no se pudo hacer nada. Él (la víctima) era tan querido que muchas personas vinieron de distintas provincias para despedirlo”.

La sala de velación se quedó ‘corta’ ante la llegada masiva de personas que conocieron a Vega, quien, según lo que se tenía previsto, sería sepultado este 26 de octubre, luego de celebrarse una misa durante la tarde.

El ‘sacapintazo’

¿Cómo actuaron los sospechosos? Según un informe al que este Diario tuvo acceso, Palencia, de 25 años, entró al banco donde Vega retiró las dos ‘lucas’.

Luego llamó a Jiménez (30 años) y lo siguieron con Silva (41). Al grupo se unió Velásquez (29) y Omar, quienes fueron los que abordaron al afectado con el arma que presuntamente les entregó Jiménez.

Una vez cometido el delito, huyeron. Luego el adolescente le habría pedido a Quintero (23) que fuera a un lugar del norte de Quito para que retirara la moto que se usó en el crimen. Según se informó en la audiencia, este último sujeto habría tenido la intención de deshacerse de la motocicleta.

Segunda banda

Pero esta agrupación criminal no ha sido la única en utilizar la violencia extrema en los robos estilo ‘sacapintas’. Durante esta semana, la justicia capitalina sentenció a cuatro años de prisión por delincuencia organizada a diez venezolanos que atracaban bajo esta modalidad.

En marzo de este año fueron capturados en un megaoperativo ejecutado por la Policía en diferentes partes de Quito, ciudad que fue el centro de operaciones de ese grupo. En el juicio se especificó que los ‘sacapintas’ operaban en Pichincha, Imbabura y Santo Domingo de los Tsáchilas.

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Abordaban a sus víctimas al salir de los bancos y las amedrentaban con armas de fuego y armas blancas. En todos los casos los hirieron: a uno le cortaron la cara, a otro le rajaron la cabeza y a otros dos los hirieron de bala.

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