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Quito: Agüita y jabón para el casco colonial
El principal problema son las ventas informales y la inseguridad, según el Cabildo, aunque quienes viven ahí identifican más necesidades. Se estableció un perímetro.
Recuperar el Centro Histórico de Quito es uno de los ejes principales de los planes del alcalde Santiago Guarderas. Eso implica, sobre todo, regularizar a los comerciantes informales.
Algo que para los moradores no resulta nuevo, pero sí necesario. “Esperemos que no sea solo un mes, sino un proceso sostenido”, dijo Pablo Buitrón, representante del colectivo por la Defensa del Centro Histórico.
A pesar de que el cabildo ha empezado mesas de trabajo con este colectivo y con otros existentes en la zona, los lineamientos planteados no coinciden totalmente.
Buitrón, por ejemplo, explica que uno de los mayores problemas es la peatonalización, pues decenas de locales comerciales se vieron afectados en sus ventas. “Esto se agravó con la pandemia, muchos sitios turísticos quedaron afectados”.
Aun así, hay esperanza. El plan se ejecutará durante un mes, pero se pretende extenderlo hasta diciembre. “Queremos ver cómo se controlarán las cosas ese mes que suele ser caótico”, dijo Gladys Torres, representante de los barrios San Sebastián, La Loma, San Marcos y El Panecillo.
Las fases
La primera fase será la intervención a cargo de la secretaría de Seguridad y la Agencia Metropolitana de Control. La segunda será a comerciantes no regularizados.
Daniela Valarezo, secretaria de Seguridad, enfatizó que sí habrá retenciones, puesto que durante dos semanas se han hecho socializaciones del uso del espacio público.
“En estos 15 días también se ha ejecutado el control documental y físico de comerciantes autónomos”, comentó.
A unas cuantas cuadras, en la plaza San Francisco, una vendedora de cordones y plantillas lloraba porque los agentes metropolitanos le dijeron que no podía vender allí.
“Habemos muchas mujeres que mantenemos a nuestros hijos con esto. Nos tocará irnos más abajo”, comentó sin querer decir su nombre.
Como ella existen al menos 1.000 comerciantes sin regularizar, según José Vaca, administrador de la Zona Centro.
Más albergues
La tercera fase es la atención a personas en situación de calle. Para ello, según el secretario de Inclusión, Fernando Sánchez, se tiene previsto realizar un censo, pues a breves rasgos se conoce que hay 600 habitantes de calle.
“Es necesario tener en cuenta que todas las personas tienen derechos y ahí irá enmarcado el plan”, agregó.
También se tiene planificado abrir otro albergue debido al incremento de esta situación. Pero para Gladys, este es otro problema para los vecinos. “Ya tenemos inconvenientes con quienes van al albergue San Juan de Dios. Ellos amedrentan a los moradores”, espetó.
Todos importan
Desde el 15 de octubre empezaron los controles en el perímetro de las calles Esmeraldas, Flores, Imbabura y 24 de Mayo, donde se encuentra lo más turístico y más crítico del casco colonial.
Pablo Buitrón enfatizó que el centro va más allá de esas calles y que debería ser tomado en cuenta de forma integral. “Los vecinos de San Marcos o San Roque también merecen vivir dignamente”, dijo.
Desde el fin de semana tampoco hay gran afluencia de comerciantes, quienes están optando por recorrer otras calles, aunque la alternativa de las autoridades es la reubicación.
Luego de toda la intervención se planifica reabrir espacios culturales cerrados y ofertar arte para los visitantes. La agenda de fiestas de Quito también está en la mira.