Pasar junto a los contenedores de basura en las calles de Quito resulta incómodo. Si no hay alguna persona en situación de calle durmiendo allí, el olor es insoportable, pues los líquidos están derramados alrededor. En total existen 5.500 para una ciudad de 2’679.722 habitantes. De esos, 2.100 están inservibles, según el diagnóstico realizado por la Empresa Metropolitana de Aseo (Emaseo).

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En barrios como la IESS - FUT, en el sur, ya ni tienen tapas. Mónica Llive, moradora de la zona, explica que desde hace varios meses ya no están completos. “El problema es que se llena de mosquitos y entran a las casas y a los locales”, comenta.

El olor a podrido obliga a los vecinos a pasar de lejitos. “Cuando hace sol es peor, el olor es insoportable. Yo estoy más de un año aquí y nunca he visto que los laven al menos”, asevera.

En la avenida Cardenal de la Torre, también en el sur, el panorama es parecido. Aunque también depende del mal uso de algunos moradores. EXTRA encontró muebles viejos en el contenedor, aun cuando esa práctica está prohibida. “Cuando ven que está lleno dejan la basura a un lado. También es responsabilidad ciudadana”, expresa Carlos Hurtado.

Él también ha tenido que lidiar con el fétido olor, pues allí incluso se botan cadáveres de animales. Eso no es todo, por las noches hay que tener cuidado, pues los delincuentes han hecho escondite en los basureros. “Salen de ahí y asaltan a los transeúntes. Como están sin tapa se les hace más fácil”, explica.

Los contenedores están grafiteados, rotos, golpeados, las palancas ya no sirven. Según Emaseo, también se debe a los múltiples accidentes de tránsito que se registran en la ciudad.

Janeth Núñez, directora de Operaciones y Servicios de Emaseo, explica que la entidad ya realizó un diagnóstico: de los 5.500 contenedores, solo 1.600 se puede considerar que están en buen estado. “También se identificaron los regulares, que son los que pueden seguir funcionando si se les cambia algunas partes”, explica.

La contenerización comenzó en 2013 y en las subsiguientes administraciones se adquirieron algunos más, sin embargo, la mayoría ya ha cumplido su vida útil. La funcionaria agrega que la Municipalidad sí realiza mantenimiento de los contenedores y el lavado de al menos tres veces al mes. Sin embargo, quienes están cerca responden que no han visto tales labores. “El contenedor está aquí al frente mío y nunca he visto eso. También llamamos a Emaseo para que reubiquen esto. No se puede vivir así”, refuta Carlos Hurtado.

En este sentido, la empresa también tiene planificado revisar estas rutas. Además de adquirir 745 unidades hasta diciembre con un precio de 1.600 dólares cada uno.

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