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Quiere los restos de su hijo descuartizado en la ‘Peni’, así sea en pedazos
Jonathan Molina es el reo que fue cortado el 1 de noviembre pasado. Su cabeza fue hallada en el techo del pabellón 5 y el tronco en una alcantarilla.
La última vez que Geoconda Ruiz vio con vida a Jonathan Hernán Molina Ruiz, el mayor de sus seis hijos, fue el 31 de octubre. Ese día le hizo una videollamada desde el Centro de Rehabilitación Social y le dijo que se encontraba bien, pero que le diera la bendición.
Dos días después del mismo centro penitenciario ubicado en el kilómetro 16.5 de la vía a Daule le comunicaron que Jonathan había sido asesinado.
Desesperada, pero con la esperanza de que se tratara de una confusión, se acercó a la ‘Peni’. En este lugar ni los policías, ni los agentes penitenciario le confirmaron la muerte de su vástago. Mas una persona que se encontraba en el exterior de la cárcel le dijo que la noche anterior habían ocurrido desmanes y que se acercara a la morgue.
En el instituto forense confirmó lo que temía. Su hijo era uno de los tres reos asesinados la noche del 1 de noviembre. Sin embargo, un hecho más macabro la tiene aún penando por los restos de Jonathan, de 34 años. Él no solo fue asesinado, sino desmembrado.
Su cuerpo fue dividido en seis partes. La cabeza fue hallada en el techo del pabellón 5, a escasos 20 metros, dentro de una alcantarilla, se halló el tórax, y en la puerta de ingreso del ala 5 las piernas. Cerca a estas extremidades solo se encontró uno de los brazos.
Tres días después, desde la prisión, los reclusos enviaron a Geoconda un vídeo donde mostraban que la otra extremidad superior aún colgada del techo. Ayer la señora acudió por octava ocasión al instituto forense. Esta vez le iban a extraer sangre, la cual sería cotejada con los restos de Jonathan, a pesar de que por las fotos que le enseñaron los peritos confirmó que se trata de su vástago.
“Mi hijo tenía un tatuaje en el pecho con mi nombre, en uno de los brazos tenía el nombre de su hijastra y un angelito en una de las piernas. Los restos que me mostraron tienen todas estas marcas, no entiendo por qué me hacen vivir esta agonía”, se cuestionó, mientras aguardaba para ingresar al instituto forense y someterse a un nuevo cotejamiento. (AEB)