El temor continúa expandiéndose hasta las zonas más exclusivas del Gran Guayaquil. Los moradores de La Puntilla, en Samborondón, están aterrados por un nuevo acto delincuencial que se reportó el pasado 9 de abril en la urbanización Entre Olivos, una de las más exclusivas del sector de El Tornero.

“Esto ya se veía venir, estaba anunciado que en cualquier momento se metían a las urbanizaciones de La Puntilla a robar. No hay seguridad para nadie, ni siquiera puedes estar en paz dentro de tu propia casa”, dijo Guillermo Terranova, un joven que vive en una ciudadela cercana a la afectada por la delincuencia. El joven recalca que hace mucho esta zona ya ha dejado de ser segura. “El Tornero es un área extremadamente oscura, el alumbrado público es muy pobre ”, sentenció.

Eran aproximadamente las 19:30 del domingo 9 de abril y parecía que el feriado iba a culminar sin mayores novedades, cuando de repente, una camioneta y un vehículo se estacionaron en los exteriores de la urbanización. Un sujeto de aparente nacionalidad extranjera, según los testigos, se dirigió a la garita de la ciudadela a preguntar por alguien y cuando el encargado de la seguridad se le acercó, el sujeto aprovechó para ‘encañonarlo’. Junto con otros delincuentes que se bajaron de uno de los vehículos lo metieron en el baño y apuntándolo con varias armas de fuego lo maniataron para que no pueda alertar a los residentes que posteriormente fueron asaltados, relató Misael Loor, compañero de labores del guardia que estuvo el momento del atraco.

“Nosotros no tenemos armas, solo contamos con un machete para defendernos. Mi compañero es una persona de más de 60 años, le pudo haber dado algo ahí mismo. Gracias a Dios solo fue un susto para él, pero tengo entendido que sí hubo muchas pérdidas económicas en las casas afectadas”, contó Loor, que ahora teme por su vida debido a que la delincuencia ya tocó la puerta de su trabajo.

EXTRA llegó hasta la urbanización asaltada y trató de conversar con los residentes, pero ninguno de ellos accedió, además por medio de Loor se trató de tener contacto con la administración del sitio, pero vía telefónica se advirtió que no atenderán. Sin embargo una visitante que se identificó como amiga de una de las personas afectadas mostró su preocupación al respecto.

“Ya no se puede estar tranquilo. Hay mucho temor en los afectados y en su círculo cercano. Ya ni Samborondón, que se supone es un área segura, se salva de la delincuencia”, dijo angustiada. El conjunto residencial está conformado por cinco viviendas y seis departamentos.

Cristian Granizo, jefe de distrito de la Policía Nacional en Samborondón, confirmó la información recabada y brindó más detalles. “Tres de las cinco viviendas fueron asaltadas. Se conoce que cerca de 10 sujetos perpetraron el atraco. Ingresaron fuertemente armados a las viviendas y asaltaron a los residentes, una de las casas se encontraban desocupada. Pese a que algunos contaban con el botón de pánico, no fue utilizado”, explicó el uniformado, que aseguró que la ciudadela no cuenta con la seguridad necesaria.

“Las cámaras de videovigilancia que tiene no estaban funcionando, además no cuentan con guardianía privada, solamente con conserjes que están en la garita”, dijo el mayor Granizo. EXTRA pudo enterarse que desde hace tres meses las cámaras se encontraban dañadas y que solo son tres los ‘guardias’ que rotan. Cada uno de ello trabaja 12 horas al día.

EXTRA buscó una respuesta por parte del Municipio de Samborondón para conocer sobre todo qué tipo de alerta y ayuda brindó el centro de monitoreo con el que cuenta la ciudad, pero hasta la cierre de esta edición no hubo respuesta. A la vez, este Diario quiso saber qué se está haciendo en el cantón para evitar más hechos de este tipo. Y es que como ha informado este Diario, en menos de 15 días hubo un sicariato en Plaza Lagos y un intento robo en otra urbanización.

Por su parte la Policía se comprometió a mejorar la seguridad. “Tenemos 136 policías desplegados a lo largo del distrito Samborondón en tres UPC. Aun así vamos a reforzar todavía más los controles”, dijo Granizo.Mientras tanto, los moradores de La Puntilla aseguran sentirse indefendidos. “No hay quien haga algo por nosotros, ahora los delincuentes llegan a domicilio. Sin que salgas pueden llegar y arrebatarte todo. Estamos de mal en peor. Ni la Policía, ni las autoridades hacen nada. Todo es insuficiente”, dijo molesto Jamil Benavides, un residente de la urbanización Arrayanes.