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Consecuencias en la salud del consumo de alimentos con plomo en Ecuador
El cuerpo de los niños con desnutrición tiene mayor capacidad de absorción de este metal. Expertos recomiendan exámenes ante la aparición de síntomas
Seis productos están en la lista de no aptos para el consumo humano, según la Agencia de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa), por presencia de plomo, un metal pesado que generalmente está combinado con otros componentes.
Las alertas se levantaron desde noviembre de 2023 con un puré de frutas de manzana y canela, hasta el 21 de enero, en el que se anunció el retiro de lotes de salsa de tomate Gustadina y Marcellos de las perchas nacionales, entre otros productos que son de consumo cotidiano en las mesas ecuatorianas.
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Víctor Álvarez, expresidente del Colegio de Médicos de Pichincha, dice que estas contaminaciones son consideradas en el mundo como un problema de salud pública. “Hay gran posibilidad de intoxicaciones masivas”, refiere.
EN EL ORGANISMO
Álvarez indica que en cuanto entra el elemento al cuerpo – generalmente por nariz y boca– ya no sale, sino que se almacena en los huesos. “Después, con procesos metabólicos o de enfermedad, hacen que el plomo salga a los huesos y vuelva al torrente sanguíneo”, explica.
Esto no es una regla y las consecuencias de su ingesta a través de alimentos o elementos ambientales tienen variadas consecuencias.
Nicol Zabala, nutrióloga de los centros médicos de la Cruz Roja Ecuatoriana, advierte que esta contaminación es perjudicial a largo plazo, es decir, que los síntomas no se presentan inmediatamente. “Tampoco existe un mínimo de ingesta, ya que en pocas cantidades puede generar a futuro las consecuencias”.
En esto coincide Álvarez. “Existe evidencia de que incluso con dosis bajas de absorción los niños ya pueden presentar síntomas de saturnismo (intoxicación por plomo)”.
POCA INFORMACIÓN
A pesar de que las alertas circularon por redes sociales, algunos ciudadanos no tienen claro de qué se trata. “A mí me dijeron algo de la salsa de tomate, pero no sé cuál era o si eran todas”, dice Lucía Cevallos, una ama de casa.
Para Álvarez, sí es un tema por el que la gente debería preocuparse, pues los daños —cuando son severos— son irreversibles. Sobre todo si se trata de daños cerebrales o en el sistema nervioso. Ruth Cuenca, comerciante, ha visto las alertas en medios de comunicación y que solo entendió que una marca de salsa de tomate era riesgosa.
No supo –por ejemplo– que especias como la nuez moscada o la canela tampoco eran aptas para consumir. “Yo procuro no comer cosas fabricadas, sino naturales. Evito las salsas o las hago yo misma. Esa es mi forma de prevención”.
Para ciudadanos como Washington Villaseñor, el alcance de las alertas emitidas por la Arcsa no ha tenido efectividad para que la población tome precauciones. “Debería haber charlas que nos expliquen dónde estaban los productos o hacerlas de forma más masiva”.
Los exámenes para determinar el grado de presencia del metal en el cuerpo son asequibles en cualquier laboratorio, pero que los pacientes no se los realizan, según Zabala.
Álvarez recomienda realizar los análisis en cuanto se presente la sintomatología. “Ha habido casos en que las lesiones cerebrales causan comportamientos erráticos y al no tener origen claro, se hace esta prueba en sangre”.
RECOMENDACIONES
Los expertos señalan que es importante mantenerse informado y sobre todo estar atentos a las posibles sintomatologías.
Para Zabala es indispensable que los ciudadanos eviten consumir alimentos con conservantes, pues “es en esos donde se puede usar plomo”. Además de mantener una alimentación balanceada, ya que las personas –sobre todo niños– con desnutrición tienen más capacidad de absorción de este contaminante, cuya presencia es más cotidiana de lo que se cree.
“Incluso productos lácteos pueden estar contaminados, si las vacas comen en terrenos en los que haya residuos de plomo”.
Universidades analizan los productos
Este escenario preocupa a la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), que ha decidido impulsar su propia investigación, a través del análisis de salsas, dentro de esta categoría ingresan los aliños.
También investigan en compotas y condimentos sólidos, indica Jonathan Coronel, coordinador de Alimentos de la Facultad de Ingeniería en Mecánica y Ciencias de la Producción.
Esos estudios tienen apoyo internacional. “Contamos con la colaboración internacional, en 15 días vamos a enviar las muestras al laboratorio de una universidad de Bélgica. Esperamos tener resultados en unos dos meses”, señala Rómulo Salazar, decano de esa facultad.
El laboratorio de Arcsa opera al 58 %, dato que Daniel Sánchez, director de la entidad, ha reconocido en una entrevista con un medio televisivo.
EXTRA requirió una entrevista con Sánchez el 24 de enero, pero desde el departamento de comunicación respondieron que tienen al menos 100 solicitudes, por lo que realizarán una rueda de prensa esta semana.
Hasta el 21 de enero se confirmó que los siguientes productos no son aptos para el consumo humano:
- Morcilla Tipo I - Embutidos Oro
- Premezcla para preparar cono sabor a vainilla - Bakels
- Nuez Moscada Molida - Doña Jana.
- Salsa de Tomate - Marcello
- Salsa de Tomate - Gustadina
- Canela en polvo - Los Nogales
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