Cuando las balas zumban en el Centro de Rehabilitación Social de Guayaquil, los padres de niños y adolescentes que se educan en las unidades educativas cercanas al complejo carcelario ubicado en la vía a Daule, salen despavoridos de sus casas y se convierten en los guardianes de los planteles.

El miedo de los progenitores es que sus hijos sean alcanzados por la ‘lluvia’ de proyectiles que disparan desde adentro de la también llamada Penitenciaría del Litoral.

Cecilia Pincay tiene 39 años y casi dos décadas viviendo en la cooperativa San Francisco 2. A escasos 200 metros de su hogar se encuentra el Centro de Privación de Libertad Zonal 8 y a media cuadra la Unidad Educativa Alejo Lascano, donde estudia el menor de sus hijos.

Este plantel, que alberga a 1.133 alumnos, es uno de los 10 establecimientos educativos de la Zona 8 que, “con la finalidad de precautelar la seguridad e integridad de sus estudiantes”, han sido obligados por la Subsecretaría de Educación de la Zona 8 a recibir clases virtuales, desde el pasado lunes.

Sin embargo, lo que parece ser una solución para la intranquilidad de Cecilia y de otros padres de familia, también representa un malestar, pues deben dejar a un lado sus quehaceres domésticos y convertirse en tutores de sus retoños, mientras reciben sus clases virtuales.

“Por seguridad es mejor que estén en casa. Cuando se ‘disparan’ los ‘pitos’ entre reclusos en la ‘Peni’, hasta nosotros sufrimos las consecuencias por nuestra cercanía. Vivimos rodeados de ‘malos vecinos’ y esto afecta a nuestros hijos porque no pueden ir a estudiar, y la educación virtual no es lo mismo que la presencial. Hay mucho déficit, los chicos no entienden, se desconcentran y a nosotros como padres nos toca sentarnos junto a ellos y ayudarles”, cuenta la guayaquileña.

A casi un kilómetro de este plantel está ubicada la unidad de educación básica Nicolás Augusto González, la cual tiene 434 alumnos. Este plantel está situado a 500 metros de la Penitenciaría y los padres de quienes se educan allí viven ‘presos’ del pánico, a causa de los constantes enfrentamientos que se suscitan en esta prisión porteña.

Por seguridad, Daysi Ortiz prefiere tener a su hijo de 17 años y a su nieta de 5 recibiendo clases en casa, aunque reconoce que los estudios virtuales duplican sus gastos. “El Internet es malo en este sector y a veces se nos cae la señal. Además, hay que imprimir las tareas y para quienes no tenemos computadora, son dos dólares que debemos gastar diariamente”, afirma la señora.

Cuenta que cuando han ocurrido las matanzas en la ‘Peni’, el ruido de los proyectiles y los gases lacrimógenos llegan hasta su sector. “Se escuchan las balas y los padres salimos corriendo a ver a nuestros hijos. Vivimos en zozobra”.

A través del departamento de Comunicación, la Subsecretaría de Educación del Distrito Zona 8 informó que 37 planteles educativos particulares se acogieron de forma voluntaria a las clases virtuales. (AEB)

Decreto

Se redujo el toque de queda en 3 provincias

Durante la reunión que el presidente de la República, Guillermo Lasso, mantuvo con autoridades de la provincia de Esmeraldas, para revisar las acciones ejecutadas en seguridad y además analizar proyectos que aporten a su desarrollo, informó que con la finalidad de mantener e impulsar la reactivación del país, decretó que desde ayer el toque de queda en las provincias de Esmeraldas, Guayas y Santo Domingo de los Tsáchilas empezará a las 23:00 y culminará a las 05:00.

El pasado 1 de noviembre, tras los atentados con explosivos contra gasolineras, Unidades de Policía Comunitarias y un hospital, hechos en los que asesinaron a cinco policías, se ordenó el estado de excepción por 45 días. Este regía desde las 21:00 hasta las 05:00. (AEB)