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Una década después del enfrentamiento con las tropas peruanas empezó a construirse el templete en recuerdo de aquella hazaña.Jaime Marín

Portete de Tarqui, lugar ceremonial de Cuenca

En territorio de parroquia azuaya también hay vestigios de que hubo un centro de rituales en honor a la diosa cañari

Tras subir una escalinata de 59 gradas, en medio del frío que acaricia en lo alto también se puede recrear lo que ocurrió hace 192 años.

Sobre aquella colina, ubicada a 15 kilómetros al sur de Cuenca y a 5 del cantón Girón, se desarrolló uno de los actos heroicos recordados en la historia ecuatoriana.

Fue la Batalla de Tarqui, ocurrida el 27 de febrero de 1829, y que hoy se rememora en silencio.

En esa elevación, con una quebrada a su frente, matorrales a la derecha y a su izquierda un bosque al pie de un barranco que colinda con Girón, se levantó el templete del Portete de Tarqui como recuerdo de dicha hazaña.

Es el barranco propiamente dicho al que se denomina Portete, pero después del combate se lo complementó con la colina alta y se nombró de Tarqui, que proviene de un vocablo precolombino con varios significados.

Según unos estudios lingüísticos este nombre es de origen kichwa, significa “paso”. Así se desprende de los registros históricos que se hallan en la Casa de los Tratados, en Girón.

En este sitio, escuadrones de las tropas de la Gran Colombia al mando del mariscal Antonio José de Sucre enfrentaron a las tropas peruanas comandadas por José La Mar.

En la madrugada de aquel 27 de febrero, el ejército gran colombiano, pese a las bajas y su inferioridad numérica, con entereza hizo que las tropas peruanas se retiren de la provincia del Azuay.

El resultado de la batalla obligó a La Mar a aceptar las condiciones de Sucre establecidas en el Tratado de Girón.
La Casa de los Tratados, en Girón, donde se guardan los escritos de la firma del pacto.Jaime Marín

MISIÓN GEODÉSICA

Pero en esta zona de la parroquia azuaya no solo se desarrolló este suceso histórico, también fue un sitio visitado por integrantes de Misión Geodésica que hicieron la medición del cuadrante terráqueo.

En honor a los extranjeros, uno de los cerros de esta parroquia fue nombrado como Francés Urco, desde el cual realizan caminatas.

Pero la importancia del lugar viene de mucho tiempo atrás. A 12 kilómetros de la parroquia, por la vía Cuenca-Girón-Pasaje, se conservan las ruinas de lo que fue un adoratorio a la diosa cañari, la luna. (JM)