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Uno de los trabajadores del templo muestra la ventana por la que entraron los ladrones.Miguel Ángel González

En Pomasqui se quedaron sin computadora para las misas

Ladrones robaron en la iglesia de esa parroquia del norte de la capital. Ahora, por los choros, las ceremonias se harán con el celular.

Para Margarita Ávalos fue muy triste enterarse de que la iglesia de Pomasqui, parroquia del norte de Quito, fue el blanco de los ladrones. La señora es una fiel devota a la que le gusta escuchar la misa que oficia el padre Mario Vaca.

“Por la pandemia se volvió una costumbre mirar la misita a través del Internet”, refirió la mujer afuera del templo. Sin embargo, el religioso se quedó sin el equipo necesario para esas ceremonias: se le llevaron la computadora y el micrófono.

El caso se registró la madrugada del lunes. Vaca detalló que aparentemente en el hecho participaron cuatro sujetos: dos tipos que sirvieron de ‘campaneros’ y los otros dos que ingresaron al templo.

“Afuera hay un árbol de Navidad que debía quitarse hace tiempo y parece que los hombres lo usaron para treparse por ahí”, indicó ayer el párroco. Luego de eso subieron cerca del campanario y rompieron una de las ventanas y entraron.

"Lo que más lamento es que estas personas que entraron a robar son sumamente jóvenes”.Mario vaca
Padre de la parroquia

Se fueron de ‘oreja’

La cámara captó el momento en el que uno de los choros se lleva el equipo digital.Captura de video.

Una vez adentro, los ladrones se bajaron por las barandas de madera y uno de ellos se cayó, algo que preocupó al padre Vaca. “Pese a todo, hay que ser un buen cristiano y espero que esa persona no se haya fracturado”, acotó.

Los dos choros fueron primero a la sacristía, donde rebuscaron en todas partes. “Dejaron todo desordenado y los manteles quedaron tirados en el piso”, relató Édwin Malte, trabajador y cuidador de la iglesia pomasqueña.

En pocos segundos recorrieron hasta el atrio que también lo abrieron, pero por fortuna no se llevaron los copones sagrados. El último sitio que ‘visitaron’ fue un cuarto en el que se guardan las sotanas y donde estaba sobre una mesa la computadora.

“Es un equipo que lo mandamos a fabricar justamente para solventar las necesidades que teníamos durante las transmisiones de las misas”, reveló Vaca. Estima que lo robado asciende a los 2 mil dólares.

Un peligro diario

El cura detalló que ahora se espera la buena voluntad de los parroquianos, ya que en la iglesia no se cuenta con los recursos para comprar un equipo nuevo. “Muchas cosas que se tiene en el templo han sido una donación de la gente”.

Ahora, hasta recuperar lo robado, el sacerdote tendrá que volver a los días en los que empezó la pandemia: oficiar la misa a través de un celular. Algo incómodo, pero necesario para seguir fortaleciendo la fe de sus coterráneos.

"Es triste saber que la casa de Dios fue asaltada. Eso ya es un irrespeto total en nuestra parroquia”.Margarita Ávalos
Devota