Durante las tres horas que permaneció en el velatorio de su ‘bodycita’, Verónica Mireya Songor Tapia, el cabo segundo de la Policía, Ángelo Murillo Zhunio, con su rostro entristecido y sus ojos llorosos, no dejó de contemplar el féretro donde reposan los restos de su compañera y amiga.

Terminada su guardia en la Unidad de Vigilancia Comunitaria (UVC) de La Florida, el uniformado, de 27 años, quien es oriundo del cantón Milagro, se dirigió hasta el Cuartel Modelo, donde hasta la 10:00 del lunes 17 de octubre del 2022 fue velado el cuerpo de la lojana, quien fue baleada el pasado 9 de octubre y cuyo deceso se produjo la tarde de este domingo en la clínica donde se encontraba hospitalizada tras recibir siete impactos de fusil.

“La policía Songor era mi hermana, nos conocimos a inicios de 2021, cuando ambos fuimos enviados al distrito Nueva Prosperina, trabajamos más de un año juntos. Conformábamos un grupo de 12 policías, quienes nos cuidábamos y estábamos pendientes uno del otro, porque sabíamos que es un sector peligroso, no sabe cuánto me duele su muerte. Esto es un hasta pronto mi ‘bodycita’”, expresó entre lágrimas Murillo, mientras permanecía sentado en una banca de la capilla donde fue velada la uniformada, de 24 años.

Recordó que el 1 de mayo pasado él fue víctima de un ataque a bala en Socio Vivienda 1 y que en aquella ocasión Verónica estuvo pendiente de su situación. “Me dijo ‘mi cabo, gracias a Dios el chaleco le salvó la vida, usted volvió a vivir’, lamentablemente mi ‘body’ no tuvo mi suerte”, manifestó.

Recordó que en aquella ocasión, junto a otros compañeros, acudieron a una emergencia a este sector conflictivo de la urbe porteña y que al llegar fueron recibidos a bala por delincuentes. “Los disparos penetraron la puerta del patrullero, una bala se alojó en mi chaleco. Por seguridad me cambiaron a otro distrito”, agregó.

Hasta minutos después de la misa, la cual fue oficiada por el párroco Francisco León, el ataúd donde descansan los restos de Verito, como la llamaban sus familiares y amigos, estuvo cubierto con la bandera de Ecuador, encima permaneció la gorra policial que la joven utilizó hasta antes de la arremetida en contra de la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) de Socio Vivienda 1, donde ella trabajó por un año y siete meses, desde que inició sus labores en la Policía Nacional.

A su llegada al velatorio, Piedad Tapia, madre de la joven policía, manifestó que siempre guardó la esperanza de que ocurra un milagro y que su Verito, la tercera de sus cuatro hijos, pudiera recuperarse.

“Nosotros como padres anhelábamos que nuestra hija saliera de esta situación. Ahora no nos queda más que resignarnos y llevarla hasta Loja para darle sepultarla”, dijo la progenitora.

En el certificado de defunción consta que la causa del fallecimiento de la uniformada es un shock hipovolémico, producido por una hemorragia aguda externa, tras la laceración de los vasos femorales por la penetración de proyectil.

A las 10:15, luego de los honores recibidos por sus compañeros policías, y por el ministro del Interior, Juan Zapata, el cadáver de Fibrita, como también llamaban a la lojana, fue subido en una camioneta y trasladado hasta su tierra natal, para ser velado en la casa de sus padres y sepultado en el cementerio de esta localidad.

59 uniformados asesinados en 2022

Policía contará con apoyo militar en sitios conflictivos

Las zonas más conflictivas del país contarán con una Unidad de Vigilancia Comunitaria (UVC) donde podrá haber de 200 a 300 policías, así lo reveló la mañana de ayer el ministro del Interior, Juan Zapata.

“Estamos trabajando con el Ministerio de Defensa y vamos a hacer uso de lo que tenemos. Las Fuerzas Armadas pueden hacer operativos Camex (operativos de Control de Armas, Municiones y Explosivos) y seguir con sus equipos en territorio y en sectores conflictivos no solo en Guayaquil, sino en Esmeralda y en Los Ríos. Por ejemplo, en Socio Vivienda no puede haber 18 policías, sino de 200 a 300 que garanticen la seguridad ciudadana”, afirmó.

Zapata indicó que en el caso de Songor a las pocas horas del hecho se detuvo a 10 personas y que siete están procesadas. “Basta de la impunidad, queremos que paguen por lo que hicieron. Ya están en sus manos quienes mataron a Verónica, ahora esperamos que cumplan con su misión. También está el caso del cabo segundo (Perlaza) que evitando un asalto se enfrentó e hizo uso de su arma. Han asesinado a 59 policías (en este año)”, lamentó.

Manifestó que el presidente de la República tiene un compromiso con la institución y este es equiparla y dotar a sus uniformados.

Por su parte, el comandante de la Policía, general Fausto Salinas, sostuvo que la profesión de policía se ha vuelto bastante riesgosa, más que todo por las circunstancias actuales, pero que para fortalecer a la institución están trabajando en el reglamento disciplinario y en incremento de personal con lo que esperan tener más capacidades para darle un mejor apoyo a la Policía. “No solo entrenamiento académico, sino en el práctico. Son muchas acciones en conjunto con otras instituciones para enfrentar a la delincuencia”, afirmó.