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Medalla al corazón solidario: policía regaló sus botas a joven inmigrante
Carlos Zula ayudó a colombiano al que le ‘bajaron’ sus zapatos mientras dormía en la calle. Ahora patrulla con unos ‘chuzos’ viejos y apretados.
El policía Carlos Zula no entiende el revuelo que ha causado un video en el cual aparece entregando su calzado a un inmigrante. Su acción rápidamente se hizo viral, pero él asegura que ni siquiera lo pensó y, al principio, no se dio cuenta que su compañera de patrullaje lo grabó para dar parte a sus superiores.
Todo comenzó la mañana del lunes cuando realizaba patrullaje en el Distrito Colta-Guamote (Chimborazo), donde presta sus servicios desde hace más de año y medio.
Llovía muy fuerte y la temperatura bordeaba los 8 grados, cuando el uniformado divisó a un hombre enrollado en su propio cuerpo y arrimado a una pared en el sector de la terminal terrestre de Colta. “Me acerqué para verificar y me percaté que no tenía zapatos; era muy joven, se lo veía triste, sus pies estaban morados del frío”, narró el uniformado.
‘Choreado’
Hace más de un mes, Luis Espino dejó su natal Colombia y cruzó la frontera de nuestro país con la intención de llegar a Chile, conseguir empleo y mejorar la economía de su familia.
La noche del domingo la lluvia lo acorraló y no le quedó más que pernoctar en ese lugar. Y para descansar se quitó los zapatos, pero al despertar se encontró con la sorpresa de que se los habían sustraído. Sin calzado y con la inclemencia del clima era muy difícil continuar.
Pero Zula apareció como un ‘ángel’ y le alegró la vida. No le importó que las botas le quedaran un tanto grandes, el gesto del agente lo conmovió. Y no solo al migrante, también a miles de usuarios de redes.
Al principio, Zula no estaba consciente de que se había quedado con los pies ‘pelados’, por lo que pidió permiso para ir a su vivienda ubicada en la comunidad San Rafael, de la parroquia San Andrés, del cantón Guano, para reponer los zapatos.
Al verlo descalzo su esposa Sofía Carrillo se asustó. “¿Qué pasó? ¿Estás bien?”, le preguntó. El policía pidió que le buscara las botas viejas para contarle lo sucedido.
El agente proviene de una familia humilde y afirmó que sus padres le enseñaron que se debe ayudar al que lo necesita. “Así me criaron, a mí también me ayudaron cuando era adolescente, eso lo llevo siempre en el corazón”.
Por su parte, el teniente coronel Carlos Peñafiel, su jefe, reconoció la labor de su subalterno y destacó que aunque vistan un uniforme “son seres humanos”.
Por ahora Zula labora con sus botines viejitos, que le ajustan un poco, pero dijo que con su sueldo se comprará otros. Dicho calzado cuesta 120 dólares y tiene una fabricación especial (confortable, robusto y buena tracción) para la labor diaria que realizan los policías. (PO)