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De este templo religioso fue rescatada el pasado martes una adolescente de 14 años.Daniel Vite

“Les habían lavado el cerebro”

Mujer no sabe dónde están sus dos hijas que aún creen en el supuesto pastor.  Las chicas tenían tres años viviendo en el campamento de Buena Fe. 

Hace cinco días, Carmen (nombre protegido) volvió a tener entre sus brazos a la tercera de sus cuatro retoños. La adolescente fue rescatada el pasado martes de un campamento religioso en Buena Fe. Sin embargo, la señora sigue sin conocer el paradero de dos de sus hijas mayores, quienes también estaban en este lugar.

Durante el allanamiento fue detenido Evert García Salamar, quien ejercía como pastor del templo. También fueron aprehendidas su cónyuge, Maribel Ordeñana y una presunta cómplice, Evelyn Intriago.

García además fungía como líder de otras dos iglesias, una en Guayaquil y otra en el cantón Marcelino Maridueña.

Carmen contó que desde hace aproximadamente tres años sus tres hijas, quienes en aquel entonces tenían 18, 16 y 11 años, permanecían “en poder” del religioso.

Miedo: La madre de la joven rescatada de un templo de Buena Fe, Los Ríos, asegura que la amenazaron para que retire la denuncia.

“Cuando me separé de mi esposo, mi hermana (una de las procesadas) me convenció de que me fuera a vivir al campamento de Buena Fe. Me dijo que allá íbamos a estar bien”, manifestó.

Recordó que en mayo de 2018 regresó a Guayaquil, porque el menor de sus hijos se enfermó de tuberculosis y necesitaba ser hospitalizado, pero no pudo traer a sus tres hijas, pues García e Intriago no permitieron que las niñas regresaran.

El pastor Evert García Salamar es acusado de trata de personas.CORTESÍA.

“Sentía que algo no estaba bien. En ese lugar me sentía secuestrada, si decía algo el pastor me decía que yo estaba endemoniada y que mis hijas necesitaban de Dios. Cuando quise traérmelas no me dejaron. Presenté la denuncia en la Fiscalía”, afirmó la mujer.

La acusación no prosperó a su favor, pues sus hijas se rehusaron a volver con ella. “Les habían lavado el cerebro, mis hijas me acusaron de ser mala madre, este hombre les repetía que era un enviado de Dios y que con él estaban bien”, sostuvo la madre.

Carmen acusó a su hermana de complicidad con el religioso y de conocer los supuestos ultrajes sexuales de los que habrían sido víctimas sus hijas. “Las mayores estaban el día que la Policía recuperó a mi niña de 14 años, pero ellas no quisieron regresar. Ellas endiosan a ese hombre, creen que él es un apóstol”, expresó.