El desacuerdo por el valor del pasaje de la transportación pública puso a prueba ayer a Guayaquil. En sectores claves como la entrada de la 8 y la terminal terrestre, cientos de ciudadanos quedaron varados mientras esperaban buses que nunca llegaron, debido al paro de transportistas. Mientras algunos sacaron provecho de la situación, otros vivieron el caos.

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Leslie Calle, por ejemplo, esperó más de dos horas en la terminal terrestre una buseta que la llevara a su casa en Mucho Lote. Al darse cuenta de que su bus no llegaría, consideró tomar un taxi, un servicio que normalmente cuesta unos 4 dólares. Sin embargo, se encontró con tarifas infladas: los taxistas no le aceptaban menos de 12 ‘latas’.

Finalmente, Leslie optó por unirse a un grupo de personas que iban a sectores cercanos a su hogar para dividir los costos. No todos tuvieron esa suerte, por lo que se vieron obligados a pagar los altos precios que los taxistas impusieron.

De las 58 operadoras de transporte urbano en la ciudad, solo 14 trabajaron ayer. Incluso, la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM) reportó que al menos siete buses fueron vandalizados por “decidir salir a trabajar”.

Otro grupo afectado fue el de los estudiantes de colegio, ya que solo el 66 % asistió en el turno matutino, según un comunicado del Ministerio de Educación. La ciudadana Verónica Carrasco decidió no enviar a sus hijos al colegio. “Entre ida y vuelta, me gasto mínimo cinco dólares. Eso es más de lo que cuesta un almuerzo”, señaló.

Christian Sarmiento, presidente de la Federación de Transportistas Urbanos de Guayaquil (Fetug), la entidad promotora del paro, aseguró que este se mantendrá indefinidamente hasta obtener una respuesta favorable sobre el aumento del pasaje a 45 centavos.

Por otro lado, el alcalde Aquiles Álvarez fue claro: “La tarifa no se va a subir a su manera”. En tono irónico, añadió: “Otra vez el cuento del gallo pelón del señor Christian Sarmiento”.

Mientras ambos bandos ‘se tiran la pelota’, los ciudadanos, muchos de los cuales apenas logran ‘parar la olla’, se ven atrapados entre tarifas exorbitantes de los taxistas y la falta de transporte público. Ante esta crisis, ¿cómo se puede garantizar la movilidad?

El Sistema Metrovía incrementó el número de articulados para paliar la situación, según informó la ATM. Sin embargo, hay zonas como la entrada de la 8 a las que no llega la ‘metro’, por lo que la falta de alternativas para movilizarse allá es aún más preocupante.

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