“¡Justicia para Lisbeth!  ¡La violencia deja marcas, no verlas deja femicidios! ¡Ni una menos!”, gritaban este 29 de diciembre de 2020, los familiares y amigos de Lisbeth Baquerizo Muñoz, una mujer que fue hallada sin vida hace ocho días en su domicilio, ubicado en una urbanización de la vía a la costa.

La mañana de este martes , los deudos de la guayaquileña, de 30 años, realizaron un plantón pidiendo justicia en los exteriores de la Fiscalía de La Merced, ubicada en las calles Víctor Manuel Rendón y Córdoba, en el centro porteño.

Mientras se desarrollaba la protesta, en la misma dependencia, Katty Muñoz, mamá de Lisbeth, volvía a dar su versión sobre el hecho que cegó la vida de su primogénita.

Luego del hallazgo del cuerpo de la joven sus padres creyeron que el deceso se habría suscitado por un accidente, tras caer de las escaleras, pero la autopsia reveló que el fallecimiento se debió a traumatismo craneoencefálico. Ahora el hecho es investigado por la Policía y Fiscalía como un femicidio.

Nury Baquerizo, tía de la víctima, fue una de las primeras en llegar al plantón. Con tristeza comentó que la muerte de su sobrina no se trató de un accidente casero.

“El esposo de mi sobrina y sus padres nos quisieron hacer creer que había muerto al caer de las escaleras, pero la autopsia reveló otra cosa. Liss (como solía llamarla cariñosamente) callaba su maltrato. Pensábamos que era feliz en su matrimonio”, aseguró.

Elizabeth Sánchez, amiga de la víctima, comentó que conoció de la muerte de Liss a través de las redes sociales.

"Era reservada en su privacidad"

Ella dijo que desconocía que era víctima de supuestos maltratos. “Liss era muy reservada en su vida privada, teníamos cuatro años sin vernos, porque viajé al exterior, no pensé que al regresar a mi país me iba a topar con esta terrible noticia”, lamentó.

Un equipo periodístico de EXTRA se acercó ayer a un negocio, que es propiedad de la familia del sospechoso, para conocer su versión de los hechos, pero los empleados indicaron que los dueños no se encontraban, tampoco dieron información sobre su paradero.

Funeraria dice que se tomaron su nombre

Ana Sarco, propietaria de una funeraria que, según los documentos de defunción entregados a los familiares de Lisbeth, habría realizado los trámites para retirar el cadáver de la vivienda, afirmó que su negocio no realizó las diligencias para el sepelio y sepultura.

“Se tomaron mi nombre, y el de la funeraria atrevidamente. No conozco a esas personas, tampoco hemos realizado trámites para la sepultura de la chica. No sé quiénes son esas personas, seguramente las personas que los contactaron saben quiénes son”, aseguró Sarco.