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Padre y sus tres hijos fallecieron dentro de una cisterna en Santo Domingo
Los cuatro eran albañiles y estaban trabajando en una obra. Ellos ingresaron al recipiente, lleno de gases tóxicos, a rescatar a un joven
Estaba desorientado, con náuseas y la visión en blanco y negro. Así describe Jordy Ponce, de 18 años, cómo se sintió tras despertar de un desmayo. Él fue rescatado del interior de una cisterna, donde los gases nocivos que se alojaban en su interior provocaron que estuviera inconsciente durante varios minutos, la mañana del 10 de mayo de 2021.
Apenas abrió los ojos, Jordy se lavó la cara y con lo primero que se topó fue con los cadáveres de Hernán Alomoto y sus hijos Edwin, Jonathan y Alexis. Todos realizaban trabajos de albañilería en una propiedad, donde estaba la cisterna, ubicada en la avenida Portugal, en la urbanización Huertos Familiares Buenos Aires, en Santo Domingo de los Tsáchilas.
La tragedia ocurrió a eso de las 09:00 de ayer y cobró la vida del progenitor y sus tres hijos, que eran quienes estaban a cargo de la obra. “Yo les dije ‘no se vayan a meter, eso tiene gas’ y ellos no me hicieron caso y lo ingresaron a mi sobrino (Jordy). Viendo que él se desmaya, se mete uno de los hijos a sacar a Jordy. Logra sacarlo, pero él se desmaya”, relató Luis Francisco Chifla, tío del sobreviviente y quien también estaba trabajando en el lugar.
Añadió que luego de que se percataran de que su ñaño estaba desmayado, los otros dos jóvenes también ingresaron y corrieron con la misma suerte. Y, finalmente, cuando el padre notó que sus tres vástagos estaban en peligro, también ingresó y aparentemente los gases les habrían provocado la muerte.
Chifla agregó que el resto de trabajadores que estaban ahí quisieron rescatar al padre y sus hijos, pero les fue imposible. “Cuando ingresábamos, nos desmayábamos. Ya no pudimos hacer nada por ellos, por más que quisimos”, acotó.
El joven que salió con vida estaba consternado. “También me hubiera pasado lo mismo, si no fuera por los primeros auxilios que me dieron”, sostuvo Jordy, que está seguro de que debe aprovechar esta nueva oportunidad de vivir, ya que estuvo muy cerca de perecer.
Lo último que recuerda tras entrar a la cisterna es que iban a quitar el encofrado de madera y cañas, para luego poner una bomba.
“Al principio yo no sentí nada, ya a los dos minutos sentí un olor, después ya no podía ni hablar. Yo les hacía señas, pero no me entendían. El cuerpo se me fue debilitando, me arrinconé a una pared y quedé inconsciente”, describió sobre los momentos dentro de la estructura tóxica.
A la propiedad donde aconteció la tragedia llegaron varias mujeres que se identificaron como familiares de los cuatro fallecidos. “¡Soy la esposa, por favor, déjeme entrar!”, gritaba una de las féminas por el intercomunicador. También otras dos jóvenes estaban en el sitio y lloraban desconsoladas por la muerte de sus parientes.