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El director, Manuel Campos, expresó que en cada una de sus presentaciones se va variando el repertorio.Gerardo Menoscal / EXTRA

La Orquesta Filarmónica Municipal de Guayaquil se fue de concierto en la iglesia de Cristo del Consuelo

Unos veían por primera vez en su vida un show de este tipo. Niños descubrieron nuevos instrumentos. Otros bailaron, suspiraron, pero todos aplaudieron

María Sánchez fue a la iglesia de Cristo del Consuelo, ubicada en Lizardo García y calle A, suroeste porteño. Acudió al templo a orar y confesar sus pecados frente al altar, pero lo que terminó confesando fue su alegría por la sorpresa que se llevó: ver tocar en vivo a la Orquesta Filarmónica Municipal de Guayaquil.

Ella no fue la única que disfrutó del concierto la tarde del sábado 8 de julio, pues cerca de 400 personas dieron su ‘ofrenda’ de aplausos a las nueve melodías que tocó la Orquesta. Música clásica, latinoamericana y nacional fueron parte del entretenido repertorio, que tuvo desde mambo y cumbia hasta pasillo.

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Pese a que hubo alegría, no faltaron los suspiros de aquellos que se acordaron de su ‘chica linda’, al oír la canción así titulada del Ruiseñor de América, Julio Jaramillo.

Sobre un espacio de diez metros por cinco -aproximadamente- estaban los 53 músicos de la Orquesta, vestidos con los colores del teclado de un piano (blanco y negro).

Con fotos y videos, el público quiso registrar el evento, que duró cerca de una hora.Gerardo Menoscal / EXTRA

El director Manuel Campos tomó su batuta y con su equipo empezaron a ‘bendecir’ los oídos. Así como asomó aquel palillo fino en la mano del líder de la Orquesta, aparecieron los celulares. Las personas presentes querían un recuerdito.

La iniciativa es parte del programa La Ruta de las Iglesias, que lleva a cabo la Orquesta. Este fue su tercer concierto.

Marjorie Villón (35 años) fue con sus hijos a la catequesis y todos quedaron fascinados, en especial Fiorella (11) y Mickel (9), quienes contaron que nunca habían presenciado un espectáculo de tal naturaleza.

Es más, conocieron instrumentos que jamás habían visto en su vida. Marjorie hizo el ‘voto’ de que si uno de sus retoños le manifiesta que quiere iniciarse en la música, ella haría el esfuerzo y lo apoyaría.

Es que ese es el objetivo de esta actividad: crear un interés y una necesidad en el público de querer volver a escucharlos, y a su vez, que las nuevas generaciones se animen a tocar instrumentos musicales.

Este ‘peladito’ no paraba de moverse al son de mambo. Agradecido con Dios por su sabor.Gerardo Menoscal / EXTRA
  • NUEVOS ESCENARIOS

La Orquesta Filarmónica Municipal ya no estará solo en los teatros. Desde mayo, sus escenarios son las iglesias y los lugares a los cuales los convoquen, dijo Jorge Saade, director de la Unidad Filarmónica y de Educación Artística Municipal (Ufeam).

No solo la gente del sector fue a deleitarse con las melodías. El músico Adony Letris (25) llegó desde Las Orquídeas (norte), pues no quería perderse el concierto.

“La gente está acostumbrada al reguetón y al trap. Deben descubrir nuevos géneros. Hay niños que no saben ni diferenciar los instrumentos de cuerda, de los de viento o percusión, esto les ayuda”, indicó el joven.

Al terminar la función, la ‘pípol’ se acercó a los músicos para felicitarlos. Los niños les pidieron autógrafos, mientras que detrás Jesús, María y los ángeles contemplaron la jornada musical, llena del arte que les vino del cielo. 

“Es necesario llegar a un nivel de conciencia para crecer como sociedad y las artes pueden servir de mucho en ello. Por eso hay que difundir la música".Jaime Yuví, ciudadano

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