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Los cuerpos de los niños fueron velados en la mañana del miércoles 13 de diciembre.Amelia andrade

Niños asesinados en el Guasmo: pastor habla del castigo de Dios para los gatilleros

En redes sociales, los ciudadanos opinan que los responsables no merecen ser considerados humanos. ¿Qué dice un pastor sobre esto? 

En la noche del domingo 10 de diciembre, cuatro menores de edad fueron asesinados brutalmente mientras descansaban con sus padres en su hogar, en la cooperativa Guayas y Quil, en el Guasmo, sur de Guayaquil.

Los niños, de 7, 5, 3 y 5 meses, fallecieron en el momento; mientras que su madre, intentando protegerlos, resultó gravemente herida luego de la balacera con la que arremetieron las paredes de su vivienda. Ahora, ella se debate entre la vida y la muerte.

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En redes sociales, los comentarios acusan de inhumanos a los gatilleros de hechos violentos en los que han fallecido niños como víctimas colaterales y, además, de no merecedores del perdón de Dios.

El pastor Josué Rincón asegura que “no es algo sencillo” responder sí o no. Él basa su respuesta en que “Dios es el dueño de la vida o de la muerte” en cualquier creencia o religión.

Por otro lado, él cree que toda acción tiene una reacción, por lo que todo pecado tiene una paga, que en el mundo cristiano es la muerte. Sin embargo, “tomando el registro bíblico del ladrón en la cruz se demuestra que quien se arrepiente de corazón será perdonado, pero Dios nos libra de la condenación eterna, pero no de la consecuencia del pecado”.

La abuela paterna de los niños llora desconsolada al recordar como fueron las últimas horas con sus nietos.Amelia Andrade

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Sin embargo, él considera que quienes atacan niños de manera premeditada podrían sufrir de algún tipo de problema psiquiátrico y, desde el punto de vista espiritual, hasta un desorden probablemente “algún demonio que ciega a la persona y la vuelve insensible”. 

“No es que Dios hace eso, es la misma maldad del ser humano que hace que el corazón se vuelva duro”, aclara. 

Finaliza con que la percepción de Dios es diferente para cada persona y que, más allá de un castigo, son las decisiones propias las que pasan ‘factura’. “En este caso puntual, obviamente merecen cárcel, pero la Biblia dice que quien a hierro mata, a hierro muere; es decir que, si estas personas mueren asesinadas no considero que haya sido Dios, sino que sus propias acciones ocasionaron eso”, concluye.

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