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Agentes de Criminalística retiraron los restos humanos de los sacos de yute y los subieron al carro de Medicina Legal.CARLOS KLINGER

Un niño de 9 años, su hermano y padres descubrieron los cuerpos descuartizados en la Juan Montalvo

La familia retornaba del centro de la ciudad. Moradores están aterrados, aseguran que quienes abandonaron los restos humanos, pertenecientes a dos personas, llegaron en un carro negro.

Pasó hace solo dos días, pero nunca lo olvidará. El regreso a casa de un niño, de 9 años, se tornó macabro. Cuando estaba a escasos seis metros de entrar a su domicilio, en la cooperativa Juan Montalvo, norte de Guayaquil, el hedor que provenía de cinco sacos colocados en la casa de sus vecinos, de la manzana de al frente, y las moscas que revoloteaban a su alrededor lo obligaron a detenerse.

“Mamá, mira, parece una cabeza, y esas son las piernas”, dijo el pequeño a su progenitora. Enseguida, la señora le comunicó a su esposo para que se acercara a ver qué contenían los costales de color amarillo y blanco. El hermano mayor del niño le advirtió a su papá que no los tocará porque podían quedar sus huellas.

Lo que habría en el interior era siniestro, constataron los policías que llegaron al lugar. Dos cuerpos humanos estaban descuartizados y quemados. El hallazgo se registró a las 17:30 del miércoles. Tres horas antes los sacos habrían sido abandonados en este sitio, por sujetos que iban a bordo de un vehículo de color negro, afirman quienes residen en este sector.

Luis, no dio su apellido por temor a represalias, dijo que tiene más de 20 años habitando en esta zona de la ciudad y que es la primera vez que dejan cadáveres desmembrados. “La zona es tranquila. Los vecinos nos conocemos porque la mayoría residimos desde hace más de 20 años. El niño que encontró los restos se llevó tremendo susto, el pobrecito llegaba con sus padres y su hermano de 14 años. Regresaban del centro de la ciudad”, relató el lugareño.

5 hallazgos de partes de restos humanos se han registrado en Guayaquil, en los primeros 11 días de 2023.

Dalinda, otra moradora, manifestó que tras el hallazgo de los restos humanos, ella y sus familiares no pudieron conciliar el sueño. “Habíamos escuchado de descuartizamiento, pero muy lejos de este barrio. Cada vez estamos peor”, dijo.

En esta vereda fueron dejados los cinco costales que contenían las siete piezas del cuerpo.Freddy Rodriguez

Relación con otro hallazgo

Una fuente policial reveló a este Diario que las piezas halladas podrían tener relación con las tres piernas encontradas la mañana del martes afuera de un establecimiento educativo de la cooperativa Balerio Estacio, en el noroeste de Guayaquil.

Cuando hay sectores que están bajo el control de una banda o esta se encuentra en disputa, hacen ese tipo de actos para que influya miedo”.Fernando Tapias
experto en seguridad

“Exámenes antropológicos determinarán si pertenecen a la misma persona. Aún no están reconocidos, manifestó.

Detalló que en los costales se encontró una extremidad inferior adherida a la columna vertebral, una extremidad superior pegada a un fragmento de tórax, un cráneo, dos extremidades inferiores, dos extremidades superiores pegadas a una parte de tórax, dos piezas anatómicas que por estar calcinadas no se ha podido saber qué parte del cuerpo humano son. “Podía ser un hígado, un riñón o un corazón”, manifestó. (AEB)

El hallazgo del martes en la Balerio Estacio tendría relación con los restos hallados en la Juan Montalvo.Cortesía

EXPERTO

Mensaje para los contrarios y la comunidad

Para el experto en seguridad Fernando Tapias Díaz, de nacionalidad colombiana, el hallazgo de restos humanos en este sector de Guayaquil tiene dos indicadores: uno es causar terror a las bandas contrarias, y el segundo es ‘decirle’ a los habitantes de esa zona que no se pueden alinear a ninguna organización que no sea la de ellos.

“No necesariamente es un miembro activo de la banda, puede ser una persona colaboradora y cuando matan de esta forma es para dejar un mensaje. La visibilidad de estos muertos es para que los encuentren, porque si el objetivo es desaparecerlos se los puede enterrar, botar al río o echar ácido. Esto es para intimidar”, sostuvo el experto.

Manifestó que tal como ha ocurrido en Colombia y en México, desafortunadamente estos tipos de hechos van a seguir creciendo, mientras un grupo delictivo no tome el control o hasta que la fuerza pública no actúe contundentemente contra las organizaciones criminales.

“Mientras tanto, es una táctica de guerra que están utilizando”, sentenció.