Las organizaciones narcodelictivas han sembrado el terror con actos violentos en el país. En los últimos años, según la Policía, han incrementado sus arcas financieras.

Esta ‘economía sustentable’ les permitiría innovar en tecnología para camuflar estupefacientes y mandarlos al extranjero por el aeropuerto o agencias de envíos.

El capitán Ángel Cerda, analista de información de la Unidad de Antinarcóticos, explica que la droga líquida y la cocaína impregnada en materiales sólidos son las nuevas modalidades de exportación de sustancias ilegales.

El oficial asegura que los narcotraficantes son tan ‘creativos’ que han intentado enviar cocaína disuelta en gaseosas, cremas, jarabes... Además, cuando el estupefaciente es infiltrado en otro tipo de materiales, las organizaciones suelen utilizar prendas de vestir de lana, alimentos, medicinas.

Expertos de laboratorio

Lo más curioso y preocupante para Cerda es que la materia del producto en el cual camuflan el alcaloide no pierde sus propiedades, como la forma, el color, el olor, la textura, entre otros.

Por ejemplo, en un decomiso realizado el 15 de abril en una empresa de envíos, uno de los canes antidrogas detectó una maleta en la que había un paquete con jarabes de propóleo. Los agentes abrieron los frascos y vieron que el producto olía y se veía como un medicamento ordinario.

Sin embargo, la alerta del perro les hizo dudar y enviaron una muestra al Departamento Técnico de la unidad en la que determinaron que el jarabe no solo estaba compuesto por miel de abeja y aceites especiales, sino que también tenía coca.

Ante esta situación, la Policía ha indagado sobre esta nueva modalidad y llegaron a la conclusión de que en el país no existen personas que se dediquen a esta actividad.

La droga llega ‘camuflada’ desde países vecinos como Colombia y Perú. Y los principales compradores serían dos tipos de bandas. Las que pretenden revender el producto en mercados extranjeros o las que forman parte de una red de distribución a escala internacional.

Estos nuevos casos han demostrado, según la Policía, que las estructuras narcodelictivas se han profesionalizado en nuevos mecanismos de exportación. Es decir, poseen laboratorios con equipos de última tecnología como secuenciadores, microscopios y sustancias químicas que permiten la elaboración de estas ‘drogas camufladas’.

La ciencia de la droga

Pero no solo eso. Cerda afirma que las bandas también contratan científicos moleculares y expertos en química que puedan manipular la materia para que el ‘camello’ no se caiga. Ante esto, el oficial comenta que el Departamento Técnico y de Criminalística también mejora sus herramientas tecnológicas para poder detectar este tipo de envíos.

El proceso para extraer la droga de un estado líquido podría demorar hasta dos semanas, mientras que analizar la droga de un estado sólido lleva un par de días. La Policía también está creando nuevos químicos de reacción porque hay algunas que se camuflan tanto que es necesario llevarlo al laboratorio. 

El objetivo es que con nuevos compuestos puedan identificar la irregularidad en el momento del decomiso.