Presentar una demanda de alimentos en contra del padre de su hijo habría motivado un hecho atroz en el que la principal víctima fue su bebito de cuatro meses de nacido. El hecho sucedió en el cantón Naranjal, provincia del Guayas.

El niño estaba en los brazos de su madre cuando la actual conviviente de su expareja les arrojó ácido sulfúrico, elemento químico utilizado en las baterías de carros.

Ambos fueron trasladados a una casa de salud, pero el pequeñito aún permanece internado, debido a que sufrió quemaduras de tercer grado.

Este hecho ocurrió la noche del miércoles 10 de mayo en las calles Cuenca y Bolívar. El niño fue llevado a una casa asistencial local, pero por las graves lesiones fue derivado al hospital Francisco de Icaza Bustamante, en Guayaquil.

Horas después, la sospechosa del ataque, de 17 años, fue detenida por agentes.

Sin embargo, en la audiencia de formulación de cargos, la presunta agresora, por ser menor de edad, recibió medidas alternativas (tipo de sanción que no debe cumplirse en prisión, sino fuera de ella).

“Ella fue aprehendida a las 10:00 del jueves, en flagrancia. Los allanamientos fueron en la ciudadela Emanuel de Naranjal”, indicó el teniente coronel Marcos Carranco, jefe del distrito Naranjal-Balao.

La agresión se habría debido a que en días pasados, la madre del pequeño asentó una denuncia por alimentos en contra del padre de la criatura, según el jefe policial.

“La progenitora, de 16 años, fue sorprendida por la nueva pareja sentimental del padre del bebé. La agresión era en contra de ella, pero como llevaba al niño cargado, él recibió la mayor cantidad del líquido, por eso llevó la peor parte. Tiene quemaduras en el tórax, brazos y rostro, hasta puede perder la visión”, detalló.

La madre presenta quemaduras en su cuerpo, pero leves.

Familiares del bebé solicitan ayuda para cubrir los gastos médicos, ya que son de escasos recursos.

El doctor Víctor Zavala, jefe de la Unidad de Quemados del hospital Francisco de Icaza Bustamante, informó que el bebito presenta quemaduras de tercer grado en la región facial, tórax y brazos y que con el pasar de los días se sabrá si necesitará injertos.

“Son quemaduras profundas de tercer grado. Está siendo atendido por el oftalmólogo para evaluar si hay lesión ocular. Generalmente, estos pacientes necesitan una evolución de 2 a 4 semanas”, explicó.

El niño fue valorado por un fisiatra, que luego emitirá un informe en el que dará a conocer las lesiones. “El niño está estable, pero hay que estar pendientes de las secuelas que le quedarán, ya que el líquido que le echaron era un ácido. En el caso de quemaduras de tercer grado, siempre hay que esperar lo que sucederá en lo posterior”, manifestó.