Las redes sociales no solo les han abierto muchas puertas, también las han hecho más fuertes y seguras de sí mismas. Elizabeth Guaminga, Elenita Gualapuro y Gabriela Contento son tres jóvenes indígenas que se han dado a conocer en TikTok gracias al contenido diverso que postean y que ha llamado la atención de sus seguidores en diferentes partes del mundo. 

Todas concuerdan en que su objetivo en estas plataformas es dar a conocer la cultura (vestimenta, danzas, vida cotidiana, gastronomía, etc.) de las etnias ecuatorianas a las cuales pertenecen.

Las tres ‘estrellas’ de TikTok le contaron a DOMINGUERO cómo las redes les quitaron el miedo de enfrentarse al mundo, sobre todo por el bullying que sufrieron por llevar su traje indígena, que aman, respetan y muestran con tanto orgullo.

Elizabeth Guaminga, Puruhá

Nació en Riobamba hace 22 años. Proviene de la etnia puruhá. La mayoría de sus casi 362 mil seguidores en TikTok que están en el exterior provienen de la localidad de Queens, Nueva York. Un sector donde hay un gran número de migrantes ecuatorianos.

Asegura que parte de su éxito dentro de esta red social se debe al hecho de guardar sus tradiciones, mostrarse con su llamativa vestimenta y subir videos donde da a conocer cómo se vive, tanto en el campo como en la ciudad.

“Siempre salgo con el traje típico. La verdad es que me ha ido bastante bien. Mi vestimenta es muy colorida y les llama mucho la atención, así he podido llegar a otras plataformas”, asegura ‘Ely’, quien además se encuentra en Instagram y YouTube.

Sus estudios de medicina la llevaron a alejarse del campo para vivir en la ciudad. Confiesa que trata de no separarse nunca de su vestido indígena, aunque, por cuestiones de prácticas estudiantiles debe sacárselo. Sin embargo, cuando hay algún evento importante o regresa a su hogar lo vuelve a vestir.

Admite que llevar el traje que tanto ama todavía causa cierto rechazo. “Me he dado cuenta de que existe discriminación; por ejemplo, cuando voy a un mall o tengo que ir al centro para hacer cualquier actividad, todavía hay gente que se voltea para mirarme o lo hace de reojo, se sienten incómodos. Es la gente mestiza la que se siente incómoda”, lamenta la ‘influencer’.

Admite que estar en las redes le ha quitado ese miedo por mostrar la cultura de donde proviene. Relata que de niña sufrió bullying por usar anaco y cuando su mamá iba a las reuniones escolares con su traje típico le gritaban que era una runa.

“A la gente le gusta ver esa parte novedosa de una joven que está en las redes sociales usando el anaco. Esto me ha ayudado bastante a desenvolverme y le agradezco mucho a las redes por esta puerta que me han abierto”, dice la hija de una enfermera y un obrero.

Las provincias donde su contenido tiene más acogida son Pichincha, Chimborazo y Cotopaxi.

Elenita Gualapuro, Otavalo

Otavaleña, de 25 años. Se inició en las redes sociales hace 10 meses. Su contenido está dirigido a informar todo lo relacionado a su identidad como pueblo quichua otavalo.

Sus cerca de 48 mil seguidores de TikTok están al tanto de sus bailes, tendencias, emprendimientos locales, su vestimenta y la obra social que realiza. Incluso graba los videos en quichua. Su objetivo es educar.

“Trato de usar las redes sociales para hacer tutoriales de cocina, turismo, sobre todo dar a conocer mi cultura y lo que se ha ido perdiendo. Además de luchar contra el machismo”, relata Elenita, quien es la productora de su programa, que debió abandonar por la falta de recursos económicos como consecuencia de la pandemia.

Para esta joven, estudiante de marketing digital, el uso del anaco es importante porque mantiene vivas sus raíces.

Al igual que Elizabeth Guaminga, el hecho de ser indígena le ha servido como un impulso en las redes.

“Desde niña he usado mi vestimenta y no lo hago por atraer público, puedo decir que me han seguido por mi forma de ser y cómo me muestro; el traje es un plus”, afirma Gualapuro, quien también sube su contenido a YouTube e Instagram.

Sus principales seguidores están en Ecuador, Perú, Colombia, Chile, Brasil, Bolivia, Argentina, México, Guatemala, Estados Unidos, Francia, Italia, España, Reino Unido y Bélgica.

Gabriela Contento, Saraguro

Lojana, de 22 años, proviene de la etnia saraguro. Para esta estudiante de inglés lo que llama la atención de sus aproximadamente 100 mil seguidores en TikTok es la vestimenta.

“Les intriga saber el porqué usamos anaco, la camisa. Siempre me hacen preguntas acerca de mi vestimenta”, comenta ‘Gabytha’, como la conocen en las plataformas sociales.

Ella es quien diseña las blusas que representan su cultura y que manda a confeccionar.

Algunas son compradas y dependiendo del bordado y el diseño, el precio oscila entre 60 y 80 dólares. Las más costosas son las que tienen mullos (piedras de colores).

El sombrero bicolor es único, un accesorio importante para los saraguros.

Con su contenido lo que quiere demostrar es su cultura, tratar de que no se pierda. “Los jóvenes dejan nuestra vestimenta y mi objetivo es que todo el mundo nos conozca”, dice Contento, quien es muy activa en las redes, y al igual que las otras dos ‘influencers’ tiene miles de seguidores en varios países.

La vestimenta

*Un traje completo comprende anaco, faja, blusa, alpargatas y el collar. Se lo puede adquirir a partir de 70 dólares.

*El precio de un anaco bordea los 120 dólares. Su costo depende de la procedencia y textura. Algunos provienen de la India.

*Los bordados en las blusas al igual que la bayeta (similar a un chal) son importantes.

*Las prendas antiguas, por sus materiales, le dan más valor al traje. Puede pasar de los 400 dólares, por ejemplo, un collar. Antes no se le daba la importancia que merecía y ahora es difícil encontrar uno antiguo, de ahí lo alto de su precio. Mientras más grande y pesado mejor.

*Los collares más buscados son los de coral, aquellos de color naranja, de varias vueltas.