Los mensajes encontrados en un teléfono celular reflejaron el último recorrido que cuatro individuos hicieron antes de viajar desde Guayaquil hacia el cantón Mocache, de la provincia de Los Ríos, la tarde del jueves 13 de mayo.

Pero no solo eso, pues la información hallada en el dispositivo también llevó a los agentes a sospechar que ese recorrido, de al menos tres horas, se habría planificado para cometer algún tipo de fechoría.

El jefe policial a cargo del caso, Christian Díaz Flores, confirmó los detalles y la muerte de tres ocupantes del automotor: Joffre Iván Muñiz Vera, de 32 años, Fredy Ernesto Choez Salto, de 31, y David Alfredo Pincay Baque, de 27.

El cuarto y único sobreviviente, cuya identidad se mantiene en reserva, es considerado la pieza clave para resolver este triple crimen, acotó el oficial, quien agregó que solo una de las víctimas registraba antecedentes penales.

Se trata de Muñiz Vera, quien habría sido detenido en 2014 por tenencia ilegal de armas y, en 2015, por presunto tráfico de drogas.

No los balearon en el carro

El crimen fue perpetrado aproximadamente a las 15:45. El sonido de los disparos alarmó a quienes habitan en el sitio, un sector rural conocido como ElCañaveral. Por eso, los lugareños salieron de inmediato a observar lo sucedido y también llamaron a la Policía.

Es por eso que los investigadores encontraron en el sitio, escondido entre árboles, al sobreviviente.

Para los investigadores, quienes cometieron el crimen habrían sido conocidos de las víctimas, porque consiguieron que bajaran del automotor sin dejar huellas de resistencia y el carro encendido.

En la escena, los cadáveres estaban a 50 metros el uno del otro y tenían orificios en el cráneo. Del cuarto ocupante no se dieron detalles de su estado.

Ayer por la mañana, los cuerpos permanecían en la morgue del cantón Quevedo. Se conoció que luego serían llevados a una cooperativa del norte de Guayaquil, para su velatorio.

Sin 'rasguños'

Las víctimas se movilizaban en un automóvil Chevrolet Sail, de placa GTF-7063, de color blanco, que no estaba a nombre de ninguno de los ocupantes.

Algo que sorprendió a los investigadores a su llegada, además de que el carro aún estuviera encendido, es que no tenía ninguna mancha, rayón u orificio ocasionado por algún disparo.

El oficial a cargo del caso aseguró que el automóvil se encontraba en perfecto estado.

Y a pesar de que no fue la escena del crimen, el carro no fue entregado a su propietario, pues como parte del procedimiento será analizado por Criminalística para buscar indicios. (DV-SCM)