El hombre que fue baleado y quemado dentro de un carro en la cooperativa Reinaldo Quiñónez, en el sector de Monte Sinaí, noroeste de Guayaquil, era el conductor del vehículo utilizado para la fuga de los sicarios que atacaron el Audi en el que se movilizaban las tres víctimas mortales del atentado ocurrido la tarde del lunes 23 de septiembre en la vía a Daule.

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Una fuente policial aseguró a EXTRA que el conductor del carro incinerado, identificado como Enrique Maya Rodríguez, no formaba parte de la banda criminal. Habría sido secuestrado y obligado a manejar el vehículo rojo, reportado como robado. La denuncia por la sustracción había sido presentada previamente en la Fiscalía.

“El auto rojo con placa GTG6926, utilizado como taxi informal, es uno de los tres carros involucrados en el atentado y fue abandonado en una zona controlada por Los Tiguerones. Esto nos lleva a sospechar que esta banda está detrás de este acto violento”, indicó la fuente.

Debido a la peligrosidad de la zona (Monte Sinaí), “ningún otro grupo criminal se atreve a operar allí. Son áreas ‘calientes’”, indicó el investigador.

Otra fuente policial reveló que el segundo vehículo, de color negro, involucrado en el hecho, en el que también huyeron los criminales, fue encontrado en la avenida Martha Bucaram de Roldós y también había sido robado.

“Este vehículo, que circulaba con placa de Pichincha, estaba plaqueado, es decir, las placas no correspondían. Este carro también fue robado. La forma de operar fue la del falso pasajero; el incidente ocurrió el 30 de agosto. El vehículo gris que chocó contra el Audi y del cual descendieron los asesinos también está reportado como robado”, explicó el oficial de la Policía.

Las víctimas del ataque en la vía a Daule son el empresario Alexies Andrés Verduga Shaoul, de 54 años; su conductor, Jorge Eduardo Gallegos Acuria, de 47; y Fernando Danny Proaño Alvarado, de 35, quien brindaba seguridad a Verduga.

En cuanto a las investigaciones sobre el motivo del ataque, la fuente policial indicó que existen algunas hipótesis relacionadas con el entorno de Verduga, quien era socio de una inmobiliaria y habría sido el objetivo principal de los criminales.

“El conflicto por terrenos, en el que Verduga habría tenido un altercado días antes, es solo una de las teorías. Después del atentado, una persona cercana aportó información sobre este incidente, pero manejamos varias líneas de investigación. Verduga era empresario, y el ataque podría estar vinculado a sus actividades profesionales. Todavía queda mucha información por confirmar”, dijo el investigador.

Dentro del Audi, en el que viajaban las tres víctimas, se encontró un arma de fuego que posiblemente pertenecía al guardia que custodiaba al dueño de la inmobiliaria. Sin embargo, aún no se ha determinado si el celador alcanzó a responder al ataque.

En la escena del crimen, los agentes de Criminalística recogieron un total de 84 indicios balísticos: 65 vainas de 9 milímetros y 19 cartuchos del mismo calibre.