Con impaciencia, pero también con algo de nervios al ver la cámara, una mujer esperaba sentada en una de las filas de bancas metálicas que hay en las inmediaciones de la Alcaldía de Durán. Nadie la acompañaba. Tampoco había más personas esperando por realizar un trámite. Hace cinco meses, antes de que la nueva administración municipal asuma funciones, hasta faltaban asientos.

No tiene que ver con algo político. Que haya poca afluencia de usuarios tiene que ver con una razón más grave: la inseguridad y el peligro aumentaron por una disputa entre bandas delincuenciales, que también han fijado entre sus objetivos mortales a funcionarios del Cabildo.

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Desde el 14 de mayo de este año, fecha en que Luis Chonillo inició su gestión como alcalde de esta ciudad guayasense, han ocurrido cinco atentados contra servidores públicos de la Municipalidad. Él, precisamente, sufrió uno de estos ataques armados al día siguiente de asumir funciones. Y aunque resultó ileso, tres personas murieron.

“No vengo al Municipio desde hace más de dos meses. Tenía que hacer un trámite, pero lo fui aplazando por el peligro que ahora hay”, dijo Beatriz, una ciudadana que el pasado martes 26 de septiembre acudió a las 09:30 a las instalaciones.

Llegó acompañada de su esposo, pues tenía miedo ir sola. Escogieron esa hora de la mañana para ir porque “hay algo más de gente”. Sin embargo, a ella le sorprendió ver a pocas personas.

“Esto, normalmente, suele estar lleno. En esas sillas que ponen para esperar no hay dónde sentarse. A pesar de lo que sucede en la ciudad, esperé ver más gente”, comentó.

La hora para asistir no fue lo único que ella y su cónyuge tomaron en cuenta. A más de eso fueron lo más sencillos posibles. Ropa cómoda, pero nada de marca. En cuanto a dinero, no llevaron ni 10 dólares. Lo que no pudieron evitar es cargar sus celulares para poderse comunicar en caso de alguna novedad.

Algo parecido hizo Franklin, un adulto mayor que acudió a pagar la luz. Fue sin nada de valor, solo con la plata que necesitaba para cancelar el valor de la planilla y el pasaje de bus, sus anteojos y la cédula.

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“No hay cómo exponerse, aunque hay policías resguardando aquí”, mencionó, al señalar una unidad de policía comunitaria móvil estacionada junto a la vereda del predio municipal. En ese rato había tres policías rondando en los alrededores del Cabildo.

La medida preventiva de Beatriz de ir vestida con sencillez es algo similar a lo que están haciendo algunos agentes de tránsito en esa localidad. Una de ellas explicó que varios compañeros salen de sus casas con ropa de calle, o solo con el pantalón institucional, pero con otra camiseta hasta llegar a la oficina. Precaución que ella también adoptó.

“Ahora tenemos que andar con cuidado, los delincuentes nos ven con uniformes y nos quieren asaltar”, contó.

Una servidora pública de una institución gubernamental en cambio tuvo que pedir su pase hacia otra provincia, pues en el sector en el que vivía, criminales le vaciaron la casa. Se le robaron todas sus pertenencias.

“Ya estaba trabajando en otra provincia poco tiempo, pero como pasó eso tuve que pedir el pase definitivo, porque no quería que incluso los delincuentes luego quieran meterse cuando estuviera en mi hogar”, refirió.

Este Diario consultó al Municipio de Durán si se había hecho un análisis de cuántos funcionarios municipales están bajo riesgo. La institución respondió que “luego de la sesión del COE Cantonal del 8 septiembre, en la que se sugirió la declaratoria de emergencia por 60 días para la ciudad por la ola de violencia, dentro de las resoluciones se acordó solicitar a la Policía Nacional el análisis de riesgos para los funcionarios, concejales e instalaciones municipales”.

Respecto a qué medidas han implementado para garantizar la seguridad de los funcionarios municipales se detalló que se han tomado acciones internas aprobadas en las sesiones del Concejo Cantonal para resguardar la integridad física tanto de los usuarios como de los servidores.

“Una de las acciones que se han implementado es decretar el estado de emergencia en el cantón por medio de la Sesión de Concejo Extraordinaria 002-2023; asimismo, con esta medida estamos gestionando la adquisición de chalecos antibalas, cascos, contratación de servicio de seguridad y vigilancia. Esta última medida aplicará en todas las instalaciones del Municipio de Durán, mercados y áreas recreativas del cantón”, se indicó.

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El temor de usuarios no solo está en acudir a las instalaciones municipales, sino también a la Fiscalía y la Unidad de Flagrancia del cantón.

En la primera dependencia, policías están a la entrada del establecimiento judicial y tienen turnos para que el lugar permanezca con resguardo. Pero la afluencia es menor que antes.

En tanto que en la Unidad de Flagrancia se suele ver a más ciudadanos y abogados realizando diligencias. Asimismo, hay resguardo policial. De todos modos hay temor.

“Vengo unas tres veces a la semana. Me pongo un jean y una camiseta, dejé a un lado la ropa formal para que no piensen que tengo dinero”, reveló un abogado.

La semana pasada, en la puerta de ingreso, había una hoja en la que se informaba que del 26 al 30 de septiembre los funcionarios estaban en teletrabajo. Y se detallaba que cualquier pedido debían hacerlo a través de correos allí indicados. “Esto retrasa las audiencias porque ya no podemos ver los procesos en físico”, dijo otro abogado.

La Fiscalía indicó que sus colaboradores pueden solicitar resguardo a través de la plataforma interna de la institución. Asimismo, la Fiscalía recalcó que cuando existen alertas de riesgo se adopta el teletrabajo como estrategia de prevención.

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