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Drama
"Mi ayuda siempre viene del cielo"
Lourdes Tagle vive en un local de comidas, pero el alimento es lo que más escasea en el lugar. Limpia casas, hace mandados para sobrevivir. Sin embargo, ella recibió una bendición: una casa.
Solo la fe sostiene la golpeada vida de Lourdes Tagle. Encerrada en las cuatro paredes de un local del centro de Guayaquil, en Manuel Galecio y Lorenzo de Garaicoa, la mujer de 47 años se levanta cada día pensando con qué alimentará a sus tres hijos. El mayor de ellos, Henry, de 22, tiene un 83% de discapacidad, debido al autismo severo que padece. “Es como vivir con un bebé, no habla, yo lo visto, lo baño, lo único que él puede hacer por sí solo es caminar y sentarse. Su condición no me permite trabajar de planta en algún lugar, solo de manera ocasional, por eso hago mandados, cuido niños, limpio casas”, dice.
Hace una década ellos viven en un local que aparenta ser una tienda de víveres, pero lo más irónico es que el alimento a este lugar llega con las completas. “Si hay para el arroz no hay para la sopa”, manifiesta Lourdes, viuda hace un año cuatro meses, quien cuenta que desde que falleció su esposo (de cirrosis) la cosa se le ha complicado y tiene serios problemas económicos que quizá a simple vista no se noten, pues visten ‘bien’, pero un gran porcentaje de lo que tiene es a través de donaciones de la iglesia de San Agustín, en la cual sirve hace más de un año como voluntaria, cocinándoles.
Esta labor le cayó del cielo, pues de esta forma asegura la ‘jama’ de sus vástagos. Porque la venta de gelatinas, coladas y empanadas no le alcanzan para subsistir. Sin embargo, afirma que es bendecida por Dios, pues la generosidad de sus vecinos se ha hecho presente. Como hay varios restaurantes, de repente les regalan porciones de comida, incluso platos o utensilios que iban a desechar.
Asimismo su hija menor, María Isabel, de 9 años, puede estudiar gracias a la donación de un celular, otorgado por su madrina de confirmación, y la clave de wifi que un vecino le comparte.
En el interior del local se pueden apreciar varios electrodomésticos, pero solo es fachada, pues un 85% no vale, es más un congelador dañado su hija lo usa como ‘biblioteca’, pues en él guarda sus libros, cuadernos y demás útiles escolares, obsequiados por su templo.
Su hijo Ronny, de 19 años, afirma que busca trabajo, pero que nada sale, hasta eso le ayuda a vender a su madre los alimentos que prepara, sea en la calle o en el local.
Una semana antes de que el Gobierno Nacional declarara el estado de excepción por causa del coronavirus, Lourdes trabajó cuidando por 15 días a un paciente en el Hospital Luis Vernaza. Posterior a esa actividad empezó a presentar síntomas como fiebre, dolor de cabeza, pérdida del gusto y no podía respirar. Ella cree que se contagió del virus pandémico, pero no está segura, ya que no se ha hecho ninguna prueba que lo confirme, es que ese dinero para ella implica varios días de comida.
Aunque no le alcanzó el dinero para ir al médico, sí le bastó su fe en Dios para recuperarse. Ella afirma que el Creador siempre la ayuda, protege y alimenta. En su ‘casalocal’ no podía aislarse, pues donde vive solo hay un ambiente en el que está la cocina, las camas y una que otra silla.
Ronny también tuvo malestar, pero tampoco hubo efectivo para corroborarlo. Y agradece a Dios que Henry no sintomatizó. Asegura que le daba full ajo y jengibre.
“Si día a día es difícil vender mis productos, cuando estábamos en semáforo rojo fue peor, nos tocaba comernos las gelatinas con las empanadas. Y Dios nos mandaba gente caritativa que nos daban alimentos, entre ellos el Municipio que nos dio kit de comida”, sostiene.
Sueño cumplido
El año pasado hizo la primera comunión y la confirmación. En la iglesia que sirve le ayudaron con todo. Entre sus madrinas se encargaron de cada detalle: conseguirle el vestido, la torta, los bocaditos. Ella es muy creyente de Dios y señala que siempre ha leído la Biblia, que sus libros favoritos son Salmos y Proverbios, porque son consejos del cielo y ella quiere educar bien a sus hijos.
Datos
- Actualmente vive en un local cuyo alquiler adeuda.
- Este año Lourdes y su familia habitará su propia vivienda, pues ellos son los segundos beneficiarios del proyecto habitacional ‘Victoria de Dios’, desarrollado por el Municipio de Guayaquil y la constructora Ambiensa, que otorga casas a familias de escasos recursos. Las residencias están ubicadas en la cooperativa Trinidad de Dios, en Monte Sinaí. La extensión del terreno es de 50 metros cuadrados.