A pesar de los constantes traspiés en el funcionamiento del metro de Quito, Joselin Pazmiño no ha dejado de trabajar. Ella es la jefa de seguridad de esa empresa y ha visto avanzar el proyecto casi desde el principio. Tiene 30 años y acaba de volver de su permiso de maternidad. De nuevo a recorrer las estaciones, hacer informes, solventar problemas.

“Yo estuve cuando estaban haciendo los túneles, recorrí la obra casi desde sus inicios. Ha sido emocionante”, cuenta.

Por ahora, el proyecto está en ‘veremos’, por lo menos hasta que el lunes el alcalde entrante, Pabel Muñoz, se reúna con la operadora EOMMT para saber por qué se suspendió todo. “El período de pruebas ha sido el más duro, con la adaptación y la creación de la cultura de uso del metro. Ese ha sido el reto más grande”, dice.

Ella es la encargada de fiscalizar la labor de la operadora en cuanto a seguridad de usuarios y empleados. No se conoció si ella estará presente en la reunión, pero sí que tendrá que emitir informes. La operadora explicó a EXTRA que los procesos de pruebas no se han suspendido, solo que se realizan sin pasajeros, por ahora.

"TODO VALE LA PENA"

Joselin asegura que los protocolos ha estado acordes a lo establecido en las normas. Por ello debe estar pendiente de casi todo lo relacionado con seguridad.

Sin embargo, no ha sido ajena a las desavenencias que ha enfrentado el proyecto, sobre todo cuando los usuarios ya empezaron a usarlo pagando por el servicio. “Todo vale la pena. Una cosa es verlo de afuera y otra ser testigo de lo que se forja cada día. Antes no había una cultura ferroviaria, comenzamos de cero”, agrega.

Por ahora, ya no trabaja los fines de semana, pero hace unos meses no importaba el horario cuando debía estar en alguna de las estaciones para asegurarse de que no haya accidentes con los empleados. Aun así, las últimas semanas han sido las más fuertes. “Lo más duro ha sido ver los incidentes, usuarios que agredían a los agentes. Es necesaria la ayuda de la ciudadanía”, comenta.

Estos incidentes, según la operadora, “no permiten que se transporten ciudadanos”. Algo que fue criticado por la empresa Metro de Quito, que en un comunicado dijo que la decisión no fue acordada. “Es un proyecto que sigue en pie y seguiremos solventando lo que se presente para tener un transporte de calidad”, insiste Joselin.

OTRO LÍO: SENTENCIA JUDICIAL EMPAÑA EL PROYECTO

La imagen del proyecto Metro de Quito queda en entredicho una vez más. En esta ocasión no se relaciona con el sistema de operación, sino con un presunto delito de defraudación bursátil cometido durante la construcción de esta gigantesca obra de movilidad.

La tarde del viernes 12 de mayo se llevó a cabo una audiencia en la que se declaró culpable a Joaquín Francisco Marín Lugo, gerente de Ecuador Ersindustries S. A., quien habría recibido 130 mil toneladas de acero para la construcción del metro de Quito, en la línea 1 de la fase 2, de manos de la empresa Adelca.

Víctor Cevallos, abogado de la compañía demandante, mencionó que en 2016 la empresa Acciona, entidad encargada de ejecutar este proyecto emblemático de la capital, negoció con los propietarios de Adelca para que les provean de acero.

“Negociaron el precio, pero para la firma del contrato, Acciona les indicó que debían firmar el contrato con la empresa Ecuador Ersindustries S. A., para que ellos le provean a Acciona y con eso trabajar en la obra”, sostuvo. (KHR)