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En la familia Dávalos Valencia hay nueve mujeres que llevan el mismo nombre: María. La primera de ellas tiene 53 años y la más pequeña tan solo 8.Gustavo Guamán

El matriarcado de las 9 Marías en Quito

Hoy se celebra el natalicio de la Virgen. Una familia nos cuenta qué significa llamarse así durante tres generaciones. Este nombre es el más usado en Ecuador.

A Lupe Valencia siempre le cautivó el nombre María Elena. Confiesa que le hubiese gustado que sus padres la bautizaran así, pero decidió ‘sacarse la espinita’ y junto a su esposo Marcelo Dávalos llamaron así a su primogénita.

Ella ahora tiene 53 años y es la punta del iceberg de una familia de nueve mujeres que se llaman María. Sus dos hijas también llevan la impronta: María Elena Pérez (31) y María Belén Pérez (26). Sus hermanas María Isabel Dávalos (48) y Ana María Dávalos (45) llamaron a sus hijas María Isabel y María de Los Ángeles, respectivamente. Sandra, quien falleció el año pasado, fue la madre de María José y María Paula.

En Ecuador, este nombre es el más usado. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), 1’013.586 mujeres ecuatorianas se han llamado María desde 1900 hasta 2021.

La fe

Lupe reconoce que su devoción y la de su esposo hacia la Virgen los guiaron para llamar a sus tres hijas así. “Somos una familia creyente, con mucho amor a la Virgen. El tener el nombre de María nos marca la responsabilidad de ser mujeres como ella: sencillas, humildes, generosas, solidarias y unidas”, manifiesta María Elena, la primogénita.

En la imagen están los precursores de poner María a sus descendientes.Gustavo Guamán

Efectivamente, el origen principal de este nombre tiene relación directa con la religiosidad y con el nacimiento de la Virgen María. En Ecuador, un 74 % de habitantes son católicos (según el Latinobarómetro de 2018) y esta sería una de las primeras explicaciones de por qué el nombre es recurrente.

La identidad

Las Marías reconocen que la connotación del nombre también hace alusión al sufrimiento, abnegación y entrega incondicional, pero este no es su caso. Ellas se reconocen como mujeres fuertes, decididas, valientes y firmes. “No es un peso o una carga llevar este nombre, ha sido parte de la identidad de esta familia, que es un matriarcado, un matriarcado de Marías”, reconoce María Elena Pérez, primera nieta de Lupe.

Lejos de la tradición religiosa, estas Marías se ríen con algunas anécdotas atadas a la repetición de su nombre. Por ejemplo, cuando alguien llama por teléfono y busca a María, la pregunta siempre es: “¿A cuál de todas las Marías?”.

Las tarjetas de débito bancario se confunden y se traspapelan porque todas llevan el nombre María. Aunque hay ventajas, pues también se las puede prestar entre hermanas, suplantando así la identidad, porque al fin y al cabo su primer nombre y apellido son los mismos.

8 de septiembre se conmemora el natalicio de la Virgen María.

Las otras Marías

Elking Araujo, lingüista y coordinador de la carrera de Literatura de la Universidad Católica, sostiene que colocar a alguien el nombre de María ya lo etiqueta con características que lo perpetúan, como se veía en protagonistas de telenovelas de los 90, como ‘María la del barrio’.

El uso de este nombre, desde otro análisis de la semántica, también implica en Ecuador un estereotipo racial y discriminatorio, que nace de la creencia de que las mujeres indígenas siempre son bautizadas como María.