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Los cuerpos fueron retirados del lugar de los hechos.GRANASA

Matanza familiar en Carchi y la carta reveladora del sospechoso

Un hombre arremetió contra su expareja y la hija de ambos. También se ensañó con la familia de la joven. Todo porque ella lo abandonó por tanto maltrato.

“Perdón, mamá, por todo. La verdad, yo amaba mucho a mi mujer y a mis hijas, pero ya no pude más...”.

Esta frase escrita en una carta fue el preludio de la desgracia que cayó sobre una familia de la comunidad San Cristóbal Alto, en San Gabriel, provincia de Carchi: cinco personas fueron atacadas a bala y machete. Cuatro perdieron la vida.

El autor de la misiva y sospechoso del hecho es Danilo Chávez, de 23 años, quien llegó a la propiedad de su exesposa, Karen Toro, la tarde del miércoles 9 de marzo, decidido a acabar con quienes se le atravesaran.

Los investigadores presumen que el crimen se produjo a las 16:00. Según Ricardo Andramunio, jefe de la Policía Judicial de Carchi, el hombre merodeaba el sector minutos antes del ataque. Los vecinos lo vieron caminando y observando la zona. Por eso alguien llamó a la policía y un patrullero se acercó al lugar. Danilo, al ver a los agentes, se alejó de manera momentánea del sitio.

Familiares de los fallecidos durante el levantamiento de los cuerpos.GRANASA

Los celos

“Usted sabe, mami, lo que hice por recuperar a mis hijas y a mi esposa. Le pido, mami, que rece por mí y mis hijas. No quiero que llore. Que mi Dios me perdone, yo no quise sufrir más...”.

El aparente motivo del ataque fue que Karen, de 32 años, abandonó a Danilo hace tres meses.

Anderson Toro, pariente de la joven, contó que la chica supuestamente sufrió agresiones físicas y verbales a manos de su pareja. “Los celos lo ‘mataban’. Si tal vez alguien la miraba, era motivo suficiente para que la maltratara en la casa”.

La última agresión, a decir del familiar, ocurrió el 25 de diciembre de 2021, cuando festejaban Navidad. Esa fecha, el sospechoso habría llegado borracho, portándose agresivo con la madre de sus dos hijas.

La carta que escribió el sospechoso del ataque a la familia.GRANASA

El padre de Karen, Iván Toro, lo sacó del hogar y la convenció de que lo dejara. Ella decidió abandonarlo al siguiente día y se fue a vivir a la casa de sus papás junto a las niñas.

Danilo no se resignó. Durante meses persiguió a la mujer para convencerla de que regresaran. Pero Karen no dio un paso atrás y tampoco mostró miedo por las amenazas de muerte que tenía. “Ella manifestó que él le decía que volviera. Si no, la asesinaría. Incluso quería atentar contra la vida de él y sus hijas si no volvía”, dijo Richard Carolis, comandante del Carchi.

Ante esto, Danilo declararía en su carta que “estaba acabado pensando en mi esposa y mis hijas. No comía y usted, mami, sufría más viéndome así”.

Uno de los cuerpos; mientras, la Policía hacía las investigaciones.GRANASA

El ataque

“Yo le pedí a Dios que me devolviera a mi familia, pero ya no pude esperar más. Ya no me dejaban ver a mis nenas...”.

Luego de que la patrulla se alejara, Danilo habría aprovechado para ingresar al predio de la familia de su expareja.

Según Anderson, Karen y sus seres queridos estaban realizando labores agrícolas durante la tarde del miércoles. “Yo estuve con ellos, pero luego me despedí para dirigirme a San Gabriel, a cinco kilómetros de distancia”.

Una vez adentro, la matanza empezó. Karen estaba con su hija de 8 años y con su hermana Brigith Toro, de 17, en la cocina, cuando el sospechoso llegó con un arma de fuego y disparó. La expareja de Danilo recibió un balazo en el ojo izquierdo y en el hombro derecho, pero sobrevivió. Sin embargo, su ñaña y la nena murieron en el lugar.

Las mujeres fueron atacadas a balazos; entre ellas, una menor de edad.

La misma suerte corrió Iván Toro, padre de Karen, quien estaba en otra casa, a unos 60 metros del sitio donde ocurrió el primer ataque. El hombre, de 44 años, recibió un balazo en la cabeza y su cuerpo quedó tendido en el patio, según la policía.

El último ataque se produjo a 500 metros de la propiedad, en un terreno donde se siembran papas. Allí se encontraba Oliva Pastas, de 42 años, madre de Karen, quien fue baleada en el tórax. Ella llevó la peor parte porque el asesino, no conforme con disparar, también la macheteó. La única persona que se salvó del suceso fue la otra hija de la pareja.

Destino incierto

Al final de la carta, Danilo pide a su madre que venda unas cosas. “Con esa plata para que entierre a mis hijas y a mí, que me queme (creme)”, pide el hombre que huyó del lugar.

Al parecer, Danilo se movilizaba en una motocicleta, pero fue abandonada en la propiedad. Antes de irse, no solo dejó aquella carta sino que también hizo un último deseo. Junto a una fotografía en la que aparece con Karen, dejó un papel en el que se leía: “Este cuadro quiero que lo pongan en mi ataúd”, expresó.

Entre las evidencias hallaron un machete, la moto, ropa y las cartas.

Hasta el cierre de esta edición, Danilo no había sido localizado. El coronel Andramunio dijo que se rodeó toda la zona, debido a que se conocía que el sospechoso se encontraba por el sitio. “Es muy lamentable este hecho, sí duele, sí molesta, y es por eso que las unidades policiales y la ciudadanía deben colaborar para dar con aquel individuo”.

Una vez levantada la evidencia, los cadáveres fueron llevados a la morgue del hospital de San Gabriel. En esa misma casa de salud está Karen, cuya condición es crítica y no se sabe si será la quinta víctima mortal de la masacre.