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Mafia balcánica opera en Ecuador
Informes internacionales confirman que la mafia balcánica se ha asentado en Sudamérica. En 2017 ya movían el 40 % del tráfico de droga en el mundo.
La asociación entre grupos delictivos africanos e italianos con organizaciones narcocriminales de los Balcanes, en el este de Europa, han dado vida a una peligrosa red que se ha expandido por el mundo y ha establecido bases de operaciones en Sudamérica: la mafia balcánica.
En el antiguo continente han marcado la transportación de la droga y armas por medio de una ruta que conecta a los países de esa zona con Medio Oriente, África y América, a través de mares y océanos.
Así lo han determinado investigaciones realizadas por grupos especiales de los Carabineros, en Italia, y del Observatorio del Crimen Organizado, de la Universidad de los Estudios de Milán.
La Organización de Naciones Unidas (ONU), en su Reporte Mundial de Drogas de 2017, estableció que la mafia balcánica manejaba el 40 % del tráfico de drogas en el planeta. En el informe de 2020, esa estimación se mantiene, con un detalle adicional: consta Ecuador como uno de sus proveedores.
Sin embargo, nuestro país no es identificado como un sitio de cultivo, sino como una zona principal de tránsito (ver infografía).
Después de su ‘matriz’ en los Balcanes, Sudamérica es la ‘sucursal’ mayor.
Una de las ventajas que tienen los miembros de esta agrupación delictiva es que, al pertenecer al continente europeo, tienen puertas abiertas en la mayoría de naciones. Por eso no encuentran impedimentos para entrar a Ecuador, porque no necesitan tramitar una visa.
César Peña Morán, fiscal de Guayas, estuvo a cargo de una investigación dirigida a esta mafia, denominada ‘Operación Balcanes’. Sostiene que estos grupos trabajan de manera silenciosa y que solo se hacen sentir cuando hay un problema entre ellos, porque suele terminar en muerte.
Es lo que habría sucedido el pasado 21 de julio en el centro comercial Plaza Navona, de La Puntilla, en Samborondón, provincia del Guayas.
Para la Policía Nacional, el asesinato del serbio Sasa Spasic, de 56 años, tendría relación con el tráfico transnacional de sustancias estupefacientes, detalla el jefe zonal de esa entidad, general Víctor Aráus Macías.
El oficial explica que a la víctima, en su domicilio ubicado en una urbanización privada de Daule, le encontraron documentos e imágenes que evidenciaban “economías ilegales” vinculadas al narcotráfico.
El fiscal Peña describe que estas personas se desplazan por diferentes países. “Llegan con perfil bajo y evitan salidas a la luz pública. Hacen sus actividades en torno a los puertos marítimos y luego de concretar sus negociaciones regresan a sus países”.
El operador de justicia menciona que aplica una estrategia del boxeo: entran a las localidades donde realizarán sus operaciones, ejecutan el ‘golpe’ y se retiran.
No obstante, aclara que eso no significa que no vayan a volver.
Esto es porque dichos ciudadanos “llegan al país en calidad de turistas o de aparentes empresarios, para no llamar la atención y evitar que les impidan la entrada. Por eso también suelen viajar en familia o, por lo menos, con sus parejas”, agrega el funcionario.
Y cuando estos sujetos conocen el medio, montan empresas o negocios pequeños para aparentar una actividad económica y obtener permisos de residencia. “Con eso buscan, entre comillas, justificar sus ingresos”, acota el fiscal. Pero no siempre cuadran las cifras. En mayo de 2019, dos ciudadanos que viajaron a Ecuador desde Egipto y montaron una barbería en la parroquia La Aurora, de Daule, fueron asesinados a tiros en su local.
Era un negocio sencillo, con al menos dos empleadas. “Tras su muerte conocí el caso y descubrí que manejaban fondos, en sus cuentas bancarias, de varios millones de dólares. Un gabinete no permite generar esa cantidad de ingresos”, cuestiona Peña.
El fiscal detalla que en los últimos seis años han aparecido, con más frecuencia, casos en los que también se encuentran involucrados albaneses, kosovares, montenegrinos o serbios, pero hay una barrera que aparece en las investigaciones: el idioma.
Los involucrados o familiares de víctimas no hablan español, o al menos es lo que quieren hacer creer. “Muchas veces tienen hasta 7 años y sostienen que ni siquiera saben saludar. Eso genera muchas dudas”, menciona Peña.
Para luchar con esa situación, los investigadores locales reciben información y colaboración de agentes de cuerpos policiales del mundo o de la Interpol (organización de policía internacional).
“Tenemos coordinación importante con la región y el continente europeo. Siempre hemos tenido respuesta y también la hemos dado. Nuestro país es considerado un país puerto, de tránsito, para la salida de la droga”, señala el general Aráus.
Nexos
La mafia balcánica ha conseguido aliados importantes en sus pares de Sicilia y de Calabria, regiones del sur de Italia, no solo por la gran cantidad de droga que pueden comercializar, sino también por la violencia que pueden aplicar.
Los estudios internacionales destacan que las primeras bandas narcocriminales de la península balcánica fueron creadas por militares o paramilitares que lucharon en la ex Yugoslavia.
Por eso, el Observatorio del Crimen Organizado de Milán identifica a esta mafia como una “herencia de la guerra civil”, suscitada en diferentes tiempos, entre 1991 y 2001.
Este ente revela que en Sudamérica también se han infiltrado en carteles y bandas locales.
No se presentó denuncia del crimen del serbio Sasa Spasic, pero el Ministerio Público abrió de oficio una indagación, a cargo del fiscal Jorge Sánchez Pico.
Y mientras el caso avanza, el temor persiste, pues en el sitio donde ocurrió el crimen se ha notado poca afluencia de personas tras el hecho violento.
El general Víctor Aráus aclara que “este tipo de muertes, de violencia, debidamente selectiva, planificada, no afecta al ciudadano honesto y trabajador, al ciudadano común que sale a ejercer unas labores decentes, honestas”.
También indica que estos hechos hacen parte de su responsabilidad. “Nos compete este tipo de delincuencia, de violencia, porque esas muertes entre organizaciones delictivas son las que generan esta percepción de inseguridad en la ciudad”, precisa.
Dice, además, que estos hechos tienen origen en la pelea por el territorio para el tráfico de drogas o por ajustes de cuentas, por venganzas, entre miembros de estas agrupaciones.
“Terminan asesinándose entre ellos”, enfatiza el jefe policial. (ERS-SCM)