A Johanna Arboleda, la madre de Nehemías, uno de los adolescentes hallados sin vida en Taura luego de haber sido detenidos en el sur de Guayaquil en diciembre de 2024, no se le pasó por alto ningún detalle de la reconstrucción de la escena a partir de la que su hijo habría desaparecido.

A pesar de que todo lo conoció a través de un teléfono, según dijo Billy Navarrete, del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CDH), ella estuvo al tanto del minuto a minuto de la larga jornada en la que la Fiscalía General, Criminalística y los 16 militares procesados participaron desde la noche del domingo 16 hasta la mañana del lunes 17 de marzo.

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“No es que no está aquí porque no quiere, sino que tiene un problema en su tobillo. Ella es una mujer con enfermedades preexistentes, pero ahora se le ha presentado esta lesión y conocía que se trataba de un proceso largo, por lo que evitó venir para afectarse aún más”, comentó Navarrete, quien insistió en que la mujer en todo momento les consultaba sobre el avance a través de un grupo de mensajería instantánea.

Esa misma noche, madrugada y mañana, Luis Arroyo, Katty Bustos, Silvana Lajones y Rony Medina, los otros padres de las víctimas, con sus retinas captaron cuadro por cuadro las 16 veces que se repitió la recreación. Una por cada militar que se encuentra vinculado al proceso.

Al inicio de esta diligencia, cerca de las 20:30, ellos se ubicaron en un espacio seguro para “evitar la revictimización”, dijo Navarrete, ya que forman parte de un grupo de testigos protegidos.

Durante las primeras horas, entre las 21:00 y 23:25, se pararon frente al bus donde habían llegado los uniformados de las Fuerzas Armadas desde la cárcel de Latacunga, donde guardan prisión preventiva desde el 31 de diciembre. Ellos no bajaban su mirada y parecían anotar mentalmente cada maniobra que los procesados (mientras estaban esposados) indicaban que la camioneta, similar a la de la noche del domingo 8 de diciembre, hiciera sobre la avenida 25 de Julio.

La prenda que más resaltaba en el atuendo de los cuatro era un chaleco antibalas negro, además de dos Biblias y paraguas, que les sirvieron luego de las 23:30, cuando empezó a llover en la zona.

Sin embargo, la presencia de un hombre armado junto a los padres de familia también llamó la atención. Se trataba de un policía vestido de civil que, con un arma larga, los custodiaba.

Ya protegidos de la lluvia, los padres se mantuvieron alejados de los medios de comunicación, pero muy cercanos entre ellos mientras oraban, leían las Escrituras o conversaban con los miembros del CDH, quienes ejercen su defensa legal.

Por ejemplo, Katty Bustos y Luis Arroyo a las 00:00 conversaban de pie y observaban atentamente la Biblia. El hombre señalaba algo en sus páginas y tocaba su pecho, en una zona cercana al corazón, para referirse a una reflexión. Finalmente se abrazaron: ella puso su cabeza sobre el hombro izquierdo de él y la cubrió con su brazo del mismo lado. Mientras que los padres de Steven, Rony y Silvana, conversaron e intercambiaron palabras durante las siete horas que se mantuvieron en la intersección de la avenida 25 de Julio y Ernesto Albán.

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Ya pasada la 01:00, todos prefirieron sentarse en una vereda cubriéndose del ligero aguacero. A ratos se levantaban y se dirigían a una estación de servicio cercana, para comprar agua o solo para mover las piernas.

Ahí estuvieron hasta las 03:30, cuando les informaron que ya había terminado la primera fase de la reconstrucción. “¡Dios es bueno!”, exclamó Luis Arroyo y procedió a moverse hacia el vehículo que los trasladaría hacia Taura.

El viaje lo hicieron a bordo de una camioneta y, así como el personal judicial, también pasaron mala noche. Pero al llegar al camino de tercer orden donde, según el testimonio de los uniformados, estos dejaron a sus hijos, ellos bajaron y expresaron su “indignación” por el proceder de los militares.

“¿Cómo van a dejar a unos menores de edad, golpeados y en ropa interior, en este camino de tierra? Eran unos niños, ellos estaban asustados”, le dijo Arroyo a Medina.

La mala noche no les provocó mal genio. Mientras esperaban que el trámite acabe, a las 07:00, hacían bromas entre ellos y con el personal del CDH. El ‘mal rato’, para ellos, fue provechoso, pues después de dos retrasos finalmente se realizó la instancia legal para corroborar qué sucedió la noche de la desaparición de los menores.

Las ‘vueltas’ fueron 16

El defensor de las familias afectadas, el abogado Abraham Aguirre García, explicó que el COIP contempla la reconstrucción de los hechos dentro de la instrucción fiscal. En la diligencia del caso Malvinas, esta se llevó a cabo con normalidad.

“Hasta el momento (22:08 del domingo 16), se ha realizado con total normalidad. (Ha sido) un poco lenta porque es subjetiva, pero ha ido muy apegada a la versión de los procesados y esto es que, pues, existe el delito de desaparición forzada”, mencionó.

Él adelantó que la ruta para esta instancia contemplaba el recorrido hasta la Unidad de Policía Comunitaria Virgen de Fátima, ubicada en el kilómetro 26 de la vía a Yaguachi, y el camino de segundo orden donde supuestamente fueron dejados en buen estado los cuatro menores.

Además, él detalló que en la noche solo se recrearía la escena a partir de los testimonios del oficial a cargo y del uniformado más antiguo del operativo. Sin embargo, EXTRA conoció que se tomaron en cuenta las declaraciones de los 16 uniformados, ya que los otros 14 involucrados se ofrecieron voluntariamente a participar en la diligencia.

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Aguirre finalmente comentó que el 21 de marzo se prevé la audiencia de revisión y sustitución de la prisión preventiva, que fue presentada por los abogados de los militares; pero, a su criterio, esta probablemente no sería concedida, pues las garantías para cambiar las medidas no habrían acrecentado sino disminuido.

¿Qué se sabe sobre la detención de los militares?

La presencia de una organización internacional en la escena llamó la atención. El representante de la Comisión Latinoamericana de Derechos Humanos, el doctor Rodrigo Ricaurte, aclaró que ellos se encontraban en el proceso “a petición de los familiares de los 16 miembros de las Fuerzas Armadas”, para respaldarlos.

“Lamentamos muchísimo lo que sucedió con los jóvenes. Es un acto cruel que rechazamos profundamente, pero nosotros defendemos el legítimo derecho a la defensa”, dijo sobre el avance del caso.

Y añadió que al analizar el caso profundamente, concluyeron que “existe una violación seria de los 16 miembros de Fuerzas Armadas”, la cual se basa en el “uso y abuso” de la prisión preventiva.

“Si nos ponemos a ver, en los últimos seis meses, miembros de los grupos armados salen con medidas sustitutivas, pero aquí 16 miembros que tranquilamente pueden defenderse en libertad, se mantienen en prisión. Son funcionarios públicos que no tienen antecedentes, entonces ellos sí pueden defenderse en libertad”, argumentó. 

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