Rina Solórzano guardaba para sí el dolor que lleva en el pecho por la situación crítica de su hijo Marco Angulo, jugador de 22 años que sufrió un fuerte accidente de tránsito en la autopista General Rumiñahui, en el sur de Quito.

Este martes 8 de octubre, la mujer estaba sentada en las bancas que están afuera del hospital Eugenio Espejo, a donde Angulo fue llevado la mañana del 7 de octubre, luego de la desgracia vial que cobró la vida de dos de sus amigos: Roberto Cabezas y Víctor Charcopa. Otros dos panas están internados en casas de salud del sur y norte de la capital.

Solórzano contó a EXTRA los momentos previos a este accidente que le cambió la vida a ella, a su hijo y a toda su familia. “La última vez que conversé con Marco fue el domingo en la noche luego de un partido de fútbol que tuvo (ante Orense en Quito)”.

La mujer reside en Rocafuerte, Esmeraldas, y ese día hizo una videollamada con el jugador de Liga de Quito. Hablaron durante 15 minutos y en la charla Marco preguntó por su pequeño hijo de tres años. “El niño pasa conmigo y es bien apegado a mí”, contó Solórzano afuera del hospital.

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Solórzano se despidió de su hijo sin siquiera imaginar que la tragedia tocaría su puerta la mañana del lunes 7 de septiembre. Una llamada telefónica le reveló lo que había pasado con Marco: un accidente de tránsito había comprometido su vida.

“Eran las nueve de la mañana y salimos de inmediato para acá (Quito). Llegamos a eso delas dos de la tarde”, rememoró la mujer. Una hora más tarde le confirmaron que Marco iba a ser intervenido quirúrgicamente en su cabeza.

Su madre acompañada de otros parientes permanecieron expectantes durante poco más de tres horas mientras los galenos hacían todo lo posible para estabilizar al futbolista. Solórzano no podía hacer nada más que rezar por el tercero de sus cinco hijos.

“Me encomendé a mi Dios para que a mi hijo le dé una segunda oportunidad”, refirió la señora, quien hizo una pausa a su sufrimiento para hablar sobre la carrera futbolística de su hijo. A Marco la apasionó el balompié desde que tenía 14 años y siguió los pasos de su padre, también jugado de fútbol.

“Hizo su paso por equipos pequeños hasta que se le dio la oportunidad de viajar a Quito para jugar en Independiente del Valle”, contó Solórzano, quien ha estado pendiente siempre del desempeño deportivo de su ser querido.

Al parecer, las oraciones de Solórzano surtieron efecto luego de que los médicos le confirmaron que su hijo salió adelante de la cirugía. El objetivo era sacarle un edema que tenía en su cabeza, la cual resultó sumamente afectada por el fuerte impacto vehicular.

“Pero hasta este momento (la mañana de este martes), no hemos tenido noticias. Lo único que puedo hacer es desmentir los rumores que daban por muerto a mi hijo. Hasta ahora no ha sucedido eso, dando gracias a Dios”, acotó la progenitora del futbolista.

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Pero si bien la operación fue un éxito, el diagnóstico seguía siendo poco alentador hasta el cierre de esta edición. Carlos Veintimilla, director médico asistencial del Hospital Eugenio Espejo, explicó sobre la intervención que se llevó a cabo.

“El jugador estuvo en un protocolo que se llama de neuroprotección, lo cual evidenció que tuvo un aumento de la presión intracraneal del paciente, por lo que se decidió operarlo”, acotó el galeno.

El golpe causó un fuerte hematoma en el cerebro, lo que también provocó que tuviera un sangrado. “La cirugía que hicimos se llama descompresiva en la zona epidural y subdural. Lograron sacar la sangre y con una tomografía se comprobó que ya no hay sangrado”.

Veintimilla dijo que Angulo está siendo sedado con analgésicos y la intención es que ese tratamiento vaya disminuyendo con el paso de los días para que el paciente logre despertar.

Según el representante médico, Angulo todavía estaba con un pronóstico reservado debido a la gravedad de su condición. Ante ello, era difícil prever qué tipo de secuelas sufriría el jugador y todo dependerá de cómo evolucione médicamente.

En cuanto a las otras lesiones, Veintimilla dijo que el choque vehicular provocó que Angulo tuviera un fuerte golpe en el tórax que afectó sus pulmones. Eso hizo que lo intubaran para que pudiera respirar.

Además, sufrió una fractura en su pelvis pero la cual no requería cirugía, a decir del médico. Por el momento, Angulo permanecerá en cuidados críticos y bajo estricta vigilancia de los especialistas.

Su madre contó que permanecerá en Quito el tiempo que sea necesario para saber sobre el diagnóstico de su hijo. “Estamos hospedados cerca del hospital y desde temprano estaremos insistiendo para conocer sobre su situación”, puntualizó la mujer.

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