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MacGyver de la Metrovía: el conductor que convierte cada viaje en una fiesta
Música y ‘labia’ aplica Límber Montesdeoca para alegrar los recorridos de la Metrovía. Y como el agente MacGyver, también sabe resolver problemas
Con una singular cresta canosa, unas cuantas alhajas de metal en sus muñecas, una pequeña bocina roja y su actitud ‘hasta las mismas’, Límber Montesdeoca, de 62 años, transforma la monotonía de los recorridos en la unidad de la Metrovía que él conduce en una experiencia cargada de alegría y ocurrencias.
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“Me encargo de sacarle el veneno al pueblo... (Soy) Chiro, pero contento”, dice MacGyver, como es conocido el conductor, a través del altavoz del autobús a los usuarios, mientras suena la conocida canción ‘A puro dolor’ del grupo Son By Four.
Dos paradas después, por los pasillos de la unidad de transporte se expande el pegajoso ritmo de ‘El chico del apartamento 512’ de Selena. MacGyver sonríe y los usuarios disfrutan.
Por unos segundos, la voz del conductor interrumpe la música: “Compañero, agárrese, por favor, cuidado se cae. ¡Cójase ahora!”, alerta a los pasajeros antes de tomar una curva.
La música regresa en la parada del colegio 28 de Mayo, en la avenida Carlos Julio Arosemena, donde un grupo de estudiantes aborda el bus. La temperatura aumenta en el estrecho espacio del articulado. Sin embargo, el viaje no se torna aburrido, pues MacGyver, sin importar su desafinada voz, se aventura a cantar como si estuviera en un reality.
Franchesca Bozada y José Montiel no se aguantan la risa. Gozan en el recorrido y se olvidan del calor. “No hemos viajado con otro conductor así”, dice la joven. “Nos gusta que sea así, ‘chato’. ¡A la otra que lo vea, de una me trepo!”, promete José.
"Una buena guía" en el transporte público de Guayaquil
No pasa por alto ningún detalle y siempre está al servicio de los usuarios. No se salta el anuncio de ninguna parada. Alerta a los pasajeros sobre su próximo destino en la troncal 3 e incluso les sugiere qué centro comercial o qué sector visitar desde el lugar en el que están.
Andrea Aldaz lamenta que Límber sea uno de los pocos conductores que avisan de la siguiente parada. “Viajo con él seguido por las mañanas y es una experiencia muy agradable. Es alguien que le pone ganas a su trabajo. Es una buena guía”, lo elogia.
La fama del conductor es reconocida por los usuarios de la ruta norte de la Metrovía. “Habla, MacGyver, avísame cuando estemos en la parada para ir a Ceibos”, le dice un pasajero que acaba de subir en el Parque California, como si lo conociera desde hace años. Así, esa escena se repite incontables veces al día con otros pasajeros.
Su carisma incluso ha llegado a las redes sociales. La usuaria @suri_sn_ subió a la plataforma TikTok un video en el que se evidencia su buen trato. “Él pone hasta musiquita y dice: ‘Les pongo música para que se relajen. Por favor, no hagan relajo’”, comentaba la usuaria Karen Herrera en aquel video repleto de usuarios que recordaban las frases de aquel conductor.
@suri_sn_ Amanecio de buenas el conductor de la metrovia JAJAJAJAJAJAJA #metroviaguayaquil #conductor #feliz #mañana #buenaactitud #guayaquil #aquilesalvarez ♬ sonido original - suri
“Yo tengo un compromiso con los usuarios, porque ellos son la riqueza de nosotros (los conductores) y de la empresa. El usuario para mí es algo especial y no puedo fallar”, resalta.
¿Por qué le dicen MacGyver?
Límber tiene mucho en común con MacGyver, el protagonista de una serie de acción (1985-1992), quien recurría a la ciencia para derrotar a criminales, destacando por su ingenio y creatividad.
Su rostro y el peculiar peinado que ‘vacila’ le dan un aspecto similar al del recordado agente estadounidense, por lo cual recibió su apodo. De hecho, entre sus joyas destaca un brazalete metálico hecho por él mismo que tiene grabado ‘MacGyver’.
No obstante, no solo se parecen en la ‘pinta’, sino también en la manera de resolver ingeniosamente los problemas, utilizando elementos y herramientas simples y usuales.
Límber, quien es mecánico industrial de profesión, lleva en los recorridos un maletín negro en el que guarda un destornillador, una pinza, cinta aislante y alambres. “No les digo: ‘Bajen, señores usuarios, la unidad me presenta un problema’, porque el problema lo soluciono yo… Me la juego o me la invento”.
No obstante, tampoco es que arregle cosas tan complejas, ya que no tiene autorización para intervenir en el sistema eléctrico y mecánico de la unidad. Pero si se daña una escotilla de ventilación, se cae un pasamanos o algo similar, él tiene la solución.
“Yo me he hecho a mí mismo, y quizás eso sea un ejemplo para los pequeños que no tienen padre, o tienen padres que los abandonan, como me pasó a mí. No puedo rendirme al abandono, tengo que buscarle solución al problema, y gracias a Dios, Él me ha dado una chispa para ser una persona despierta”, cuenta Límber.
Y esa es la razón por la que MacGyver está siempre pendiente de sus usuarios, quienes también lo recuerdan con aprecio por su emotiva despedida al llegar a la Terminal Metrobastión: “Señores usuarios, compartí una tarde bonita con ustedes, pero ya llegamos. ¡Servidos! Aquí en la Metrovía con todos los usuarios, ¡A lo bien! ¡Lluvia de bendiciones! Que tengan una buena tarde y un buen fin de semana”.
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