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En Loja encontraron muertos a un indigente y a un desaparecido
El primero yacía en estado de descomposición en una covacha abandonada y el segundo fue encontrado en medio de unas rocas del río Alamor.
Un cadáver en estado de descomposición fue hallado en una covacha abandonada del cantón Espíndola, mientras que otro cuerpo se descubrió en medio de unas rocas del río Alamor, en Pindal de la provincia de Loja.
Sobre el primer caso se conoció que habitantes del barrio Consapamba, desde hace varios días, percibían olores desagradables que provenían del cuartucho deshabitado en un terreno baldío.
Llevados por la curiosidad se acercaron hasta el lugar, pues pensaban que se trataba de algún animal muerto, pero lo que encontraron fue a una persona fallecida. El hallazgo se realizó la tarde del lunes 8 de junio de 2020.
Agentes, alertados del hecho, arribaron también al sitio y, tras la verificación de la denuncia de los moradores, se comunicaron con la Dinased para las indagaciones del caso.
Aparentemente el cadáver no presentaba huellas de violencia y algunos de los presentes lo identificaron como Franklin Merino, de aproximadamente 45 años.
Mediante entrevistas con los pobladores, los investigadores conocieron que la víctima era un indigente que recorría las calles por más de 10 años porque no tenía un hogar. También aseguraron que dormía donde le cogiera la noche y que, supuestamente, tenía por adicción oler cemento de contacto. A pesar de ello, afirmaron que era una persona inofensiva y que ofrecía su ayuda para ganarse unas cuantas monedas.
El fiscal Ángel Guerrero ordenó el levantamiento del cadáver y su traslado hasta el Centro Forense de Loja.
La tarde del mismo día, en el cantón Pindal, también reportaron el hallazgo del cadáver de una persona que tenía tres días de desaparecida.
La víctima, Manuel Guerrero, de 81 años, yacía en medio de unas rocas del río Alamor del barrio Gramales. Se presume que intentaba cruzar, se resbaló y cayó al agua donde nadie pudo auxiliarlo
Franco Elizalde, sobrino del fallecido, indicó a la policía que su tío tenía problemas de depresión y se había dedicado a la bebida. Además, dijo que llevaba tres días perdido por lo que empezaron a buscarlo por varios lugares sin tener respuesta alguna hasta la tarde del lunes en que conocieron de su muerte.