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Doctores, enfermeras, familiares de pacientes se unen en una actividad que busca dar un momento de distracción a quiene reciben atención en Solca.Gerardo Menoscal / EXTRA

Karaoke y bingo contra el cáncer: Solca ofrece novedosa ayuda recreativa como terapia a sus pacientes

La actividad se realiza en áreas de hospitalización y cuidados paliativos, así como en quimioterapia, de quienes reciben atención en Solca Guayaquil

La intensidad de las luces se baja, llevan un parlante y empieza la prueba de sonido. El personal médico de la Sociedad de Lucha contra el Cáncer (Solca) moviliza a los que están en las sillas rodantes en las cuales reciben sus tratamientos. Buscan que todos tengan un buen lugar en el karaoke, que está por iniciar.

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Así, entre los doctores y las enfermeras del anexo de Solca, matriz Guayaquil, tratan de unir a los pacientes oncológicos del área de quimioterapia 2. La pared blanca de la estación de enfermería es la superficie sobre la que se proyectan las letras de las canciones.

El lugar de pronto se transforma en una peña. Los galenos y las licenciadas en enfermería se convierten en disyóquey, se van turnando en este nuevo rol. Esta actividad, que realizan desde agosto del año pasado, es parte de la terapia ocupacional que desarrollan en el centro oncológico. En ella, los cuidadores (familiares, amigos) también participan.

Y así empiezan. El objetivo del karaoke es que el paciente se olvide, por un ratito al menos, que tiene la enfermedad o que está recibiendo algún tratamiento, manifiesta José Vera, médico internista. “Ir a un hospital le genera estrés a cualquier persona. 

Justo tenemos a una paciente que está demasiado cargada emocionalmente y parte de nuestro trabajo es ‘descargarla’. En general, al cáncer lo relacionan con la muerte y la mayoría tiene miedo de fallecer”, expresa el galeno.

Las áreas de hospitalización y cuidados paliativos, así como la de quimioterapia, se vuelven una peña, en la cual familiares olvidan las penas que pasan. Entre todos se animan con canciones.

Todo el personal se turna y hace a ratos de disyóquey para atender el pedido de canciones para el karaoke.Gerardo Menoscal / EXTRA
  • ¡Suéltala, disyóquey!

Al principio los pacientes están tímidos. Aquello lleva a que personal del anexo se ‘lance al ruedo’; por eso, en esta ocasión, María Belén Villalta, parte de la administración, es quien inaugura el karaoke. Ella escoge la canción ‘Bandido’, de la cantante mexicana Ana Bárbara.

Y a la ‘bandida’ le queda bárbara la canción. Mientras ella canta sus compañeras enfermeras animan a los pacientes aplaudiendo, otras alzan las manos y le ‘sacan brillo a la baldosa’. Por lo general, las licenciadas son el cuerpo de baile.

Pero en pleno karaoke se presenta una falla técnica y por allí alguien grita: “En vivo no hay nada igual”. Y continúan con la cantada. Luego se anima la pariente de un paciente. La mujer, de unos 30 años, entona ‘Color esperanza’, del cantante argentino Diego Torres.

“Saber que se puede, querer que se pueda, quitarse los miedos, sacarlos afuera. Pintarse la cara, color esperanza, tentar al futuro con el corazón”. El coro es como una ‘inyección’ de optimismo para los asistentes del karaoke. Para todos.

La canción ‘Color Esperanza’ fue coreada por el ‘público’ de la unidad de hospitalización.Gerardo Menoscal / EXTRA

Pero quien se roba el show y los aplausos es Víctor Padilla, quien tiene un tumor en su estómago. El esmeraldeño entona un clásico de Óscar de León, ‘Al padre’. Lo hace con la misma sabrosura y ritmo que el artista venezolano... ¡y hasta más bacán!

Con su interpretación, con esfuerzo pero mucho entusiasmo, por unos minutos la sala de quimioterapia se transforma en una salsoteca. Y no falta quienes sacan su celular para grabar tremendo espectáculo.

Nelly Caicedo, esposa del ‘Óscar de León de Solca’, cuenta que la vida de su cónyuge tiene un antes y un después, luego del karaoke. “Él me ha subido de peso y ahora pone su música en casa”, revela la señora.

¡Suéltala, disyóquey!, dice Víctor Padilla, el Óscar de León de Solca.Gerardo Menoscal / EXTRA
  • Contención emocional

En el área de Hospitalización y Cuidados Paliativos también se arma la pachanga. De las cinco camas que hay en el lugar, cuatro están ocupadas con pacientes en etapa terminal de cáncer. La primera valiente es Aurora. Ella ‘rompe el hielo’ con la canción ‘Gracias a la vida’.

Con poco aliento canta, su hija y su cuidadora la ayudan. De la garganta de Aurora sale una canción, de su corazón solo agradecimiento a quienes ese día le llevan alegría a todos. Después se anima el familiar de otro paciente

Él se lanza con la canción ‘Gitana’, de Willie Colón. Intenta cantar, pero no puede. La voz se le quiebra. Llora. Ante esa situación, la terapeuta ocupacional Jaqueline Heras atiende esa emergencia emocional y le aplica los ‘primeros auxilios’, algo de lo más sencillo: un buen abrazo. 

Otra enfermera se une a la contención emocional. Todo el personal médico está capacitado para ‘volar’ ante este tipo de momentos y acompañar a quien se aflige. 

  • Harto movimiento

Al sonar la canción de Selena ‘Como la flor’, la cama número 4 se mueve. Allí está Francisca Alvarado, quien no habla, pero agita con gozo sus brazos y hombros, ella contagia con su ‘swing’ a las enfermeras y a los presentes, quienes por un rato corean: “¡Eh, eh, eh, eh!”.

Tanta es la alegría que las personas que caminan por el pasillo pasan bailando, hasta quienes hacen limpieza. En plena canción, algunos familiares hacen videollamadas para que sus otros parientes vean la ‘fiesta’. Y es así como en esta peña se olvidan las penas... al menos por un rato, al menos así.

  • “Nos quejamos menos y disfrutamos más”

El personal del centro oncológico sostiene que el karaoke le cambia inmediatamente el ánimo a los pacientes y eso les ayuda en sus tratamientos. “Para nosotros también es una terapia”, dice la licenciada Martha Toro.

El galeno José Vera confiesa que algunos pacientes llegan llorando, pero luego de cantar o ser público del karaoke se van felices. “Acá la perspectiva de la vida cambia, nos quejamos menos y disfrutamos más”, declara Vera.

“Por el número de días que sus cuidadores pasan al lado de sus pacientes se los nota cansados, agotados. Queremos que ellos se sientan apoyados por un equipo multidisciplinario”.Mónica Donoso, médico del área de hospitalización y cuidados paliativos.

La doctora Mónica Donoso  afirma que ellos no solo velan por el tratamiento contra el cáncer, sino también se enfocan en la parte emocional de los pacientes y de sus allegados.

El personal médico y enfermeras son quienes llevan la batuta, haciendo que los pacientes y familiares se sumen a la actividad.Gerardo Menoscal / EXTRA

La doctora menciona que varias personas no solo sufren por la patología, también porque no cuentan con recursos económicos suficientes para enfrentar la enfermedad o porque están solos, por eso, en todas las actividades, si ellos no cuentan con acompañantes, las enfermeras están al pie de sus camillas o sillas rodantes.

Y es que, a final de cuentas, con estas actividades como el Karaoke y los bingos, ‘Doña Soledad’ es despachada de las salas de Solca, ella tiene prohibido el ingreso, solo pueden pasar ‘Doña Esperanza’ y ‘Doña Alegría’.

  • ¿Quién gritó ‘bingo’?

Los pacientes de Solca Guayaquil no solo se van de karaoke, también juegan bingo, ven películas con mensajes positivos y reciben hojas con entretenimientos como sopa de letras, laberintos, crucigramas y demás actividades recreativas, las cuales desarrollan mientras reciben su ‘quimio’.

Los bingos los hacen acreedores de premios, también de sonrisas.Gerardo Menoscal / EXTRA

Los premios  que se entregan durante el bingo son donados y conseguidos por el personal que labora en la casa de salud que lucha contra el cáncer. Mientas que el premio para quienes organizan la jornada es ver felices a los pacientes y a sus parientes.

La jornada binguera se la realiza a través de una aplicación, la cual va cantando los números y cuando alguien hace línea o tabla llena es otra fiesta, no musical, pero sí de aplausos. Y de sonrisas. Como cuando cantan en el karaoke. Es una terapia de amor, de fe y de solidaridad.

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