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Los niños no pueden salir de sus casas por el nivel de las inundaciones. El agua no bajará hasta que pasen las lluvias.Miguel Canales / EXTRA

Jujan | Habitantes claman por auxilio por inundaciones: están con el 'agua al cuello'

La falta de servicios y trabajo empeoran la situación de los habitantes del cantón. Reclaman atención de las autoridades locales y provinciales.

Resignarse a vivir con el agua hasta las rodillas durante los cuatro o cinco meses que dura la temporada lluviosa (que suele iniciar en enero y extenderse incluso hasta mayo) y aguantar la fetidez de las aguas estancadas que se rebosan a causa de las inundaciones, es la trágica realidad que viven año a año los habitantes de Jujan.

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Este cantón guayasense cuyo nombre oficial es Alfredo Baquerizo Moreno (aunque pocos lo conocen por este apelativo), limítrofe con la provincia de Los Ríos, es uno de los más afectados por las intensas lluvias que afligen a la Costa ecuatoriana.

“Desde que tengo memoria de mi pueblo, las calles se van a pique con el mínimo aguacero, primero por el desborde de los ríos y segundo porque aquí no tenemos alcantarillado. La plata para esta obra llegó, pero no sabemos qué se hizo.

Además, no tenemos autoridades, la alcaldesa (Ángela Herrera) es como que dice: ‘¡viva el Ecuador!’, se olvida de que Jujan debería estar en emergencias por la situación que vivimos”, relató Juan Manuel Sánchez, habitante de 63 años de la calle Miguel Ñúnez, en la cabecera cantonal.

Este sector, como la mayoría de los barrios de la zona urbana, se encuentra anegado desde hace ya tantos días que ni los habitantes logran ponerse de acuerdo en cuántos; para algunos han sido tres semanas, para otros hasta un mes y medio.

Lo cierto es que las calles y viviendas llevan sumergidas el tiempo suficiente para que el agua se haya estancado, cambiando a un color verdoso, esté llena de lama y emane un ‘tufo’ nauseabundo, imposible de aguantar para el olfato de los forasteros.

“Vivimos sumergidos en aguas fétidas porque no tenemos alcantarillado. La plata para la obra llegó, pero no sabemos qué se hizo”Juan Sánchez, jujeño

Sin embargo, los residentes ya ni perciben estos ‘detalles’ y no tienen problema en caminar a ‘pierna pelada’ entre la basura, palizadas, desechos fecales y tantos otros residuos que flotan por las calles, convertidas en vertientes de los tres ríos (Los Amarillos, Chilintomo y Jujan) que atraviesan al cantón y los cuales están tan crecidos por las continuas lluvias, que una llovizna basta para rebosarlos.

“Hemos perdido muebles, electrodomésticos, ropa, comida y a varias casas se las ha llevado la corriente, y lo único que hacen es venir de repente a dejar kits de ayuda y creen que con eso ya solucionan”, relató un habitantes de la cooperativa Primero de Mayo, otro de los sectores gravemente afectados por el temporal, quien no quiso identificarse para “no tener problemas” con el Municipio.

Exigen atención de autoridades

Residentes caminan a tientas para no caer en un cráter y sumergirse en aguas putrefactas.Miguel Canales / EXTRA

El viernes 1 de marzo, un equipo de Diario EXTRA realizó un recorrido por los barrios más dañados de la cabecera cantonal, para constatar la magnitud de las afectaciones. Durante este, pudo corroborar que a solo dos cuadras de la carretera principal ya no había calle que no esté cubierta de agua y lodo; además, ante lo irregular del terreno, lleno de baches y huecos enormes, se habían colocado cañas para advertir que algunas avenidas no eran transitables y evitar así que los vehículos quedaran encunetados.

La desesperación de los vecinos ante la situación era tal, que cuando observaban pasar el vehículo de este medio, se asomaban a sus ventanas y balcones para pedir auxilio y reclamar atención de las autoridades.

“Ayúdennos, no queremos que nos tomen fotos ni que nos vengan a traer cartones de comida, queremos que nos salven de las inundaciones, nos estamos ahogando”, gritó una señor con desesperación desde el portal de su casa, que estaba inundada.

“Auxilio, nos hundimos”, “mándenle las fotos a la alcaldesa y la prefecta (del Guayas) para que vean cómo nos tienen viviendo”, “que nos ayuden, tenemos semanas inundados”, fueron otros de los ruegos lanzados por los habitantes.

Inundaciones superan la capacidad municipal

El Municipio también sufre los estragos de la temporada lluviosa, el agua entró hasta las oficinas.Miguel Canales / EXTRA

“Esto tampoco es culpa de las autoridades sino de la naturaleza, siempre nos inundamos pero hasta la calle, primera vez que se me mete el agua a la casa; por más que se rellene, si el río crece va a terminar igual. Desde que construí ya se ha subido el nivel de la casa siquiera unos tres metros e igual terminé inundada”, dijo Amalie Arias, residente de la cooperativa Primero de Mayo y quien se dedica a la venta de alimentos en el mercado municipal del cantón.

La única solución que han encontrado las autoridades municipales para tratar de palear esta situación es adquirir varias bombas, con las cuales succionan las agua de vuelta a los afluentes; sin embargo, si estas se llegan a dañar o se quedan sin combustible, no hay cómo hacer retroceder el agua.

En la zona rural, las vías están intransitables y los campos inundados e incultivables. Los campesinos tienen problemas para alimentar a su ganado y dificultades para transportar la poca cosecha que lograron salvar.

Panorama desolador en el campo

Los ganaderos deben recorrer largas distancias para hallar pasto para sus vacas.Miguel Canales / EXTRA

En la zona rural de Jujan la situación está igual o peor que en el perímetro urbano. Recintos como La Represa, El Recreo, El Descanso y otros ubicados en la zona de influencia de los caudales de los mencionados ríos muestran la misma tónica: campos inundados, sembríos -principalmente arroceros- totalmente perdidos y ganado padeciendo por la falta de pastos para alimentarse.

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Además, las vías no están asfaltadas y están convertidos en lodazales que son imposibles de cruzar por vehículos de uso urbano; incluso a bordo de los todoterreno se requiere cierta pericia para poder atravesarlos sin quedar atrapados en los montículos de tierra.

Los campesinos de la zona aseguran que los cultivos están insalvables y que deberán esperar a que pasen las lluvias para volver a preparar el terreno, pues hacerlo antes “es pérdida de tiempo y dinero”.

Sin respuesta municipal

Las familias se deben refugiar en los pisos altos, ya que el agua ha entrado a sus casas.Miguel Canales / EXTRA

Diario EXTRA intentó ponerse en contacto con la alcaldesa Ángela Herrera, sin embargo, en las oficinas municipales se informó que no estaba disponible porque se encontraba asistiendo a actos protocolarios y ceremonias de graduación en las unidades educativas del cantón. También se intentó contactarla por vía telemática, para consultarle sobre la situación del cantón debido a las lluvias, pero hasta el cierre de esta edición tampoco recibimos respuesta.

Sacando provecho de la desgracia

Los habitantes de Jujan ayudan a los viajeros a pasar sus vehículos con seguridad en las zonas inundadas.Miguel Canales / EXTRA

En la carretera Jujan-Babahoyo existen varios tramos en los que el nivel del agua supera los 36 centímetros de altura, por lo que los vehículos livianos no tienen forma de pasar sin arriesgarse a ‘ahogar’ el motor.

Ante esta situación, varios residente aprovechan para ir al sitio y ayudar a pasar a los automóviles. “Tienen que apagar el carro y nosotros los empujamos hasta el otro lado (donde acaba la inundación) y a cambio pedimos una colaboración de entre 5 y 10 dólares, dependiendo del tamaño (del automotor)”, explicó uno de los ‘emprendedores’, quien añadió que, ante la falta de trabajo en los cultivos, vio en esta actividad la oportunidad de ‘parar la olla’ para su familia.

Alfredo Baquerizo Moreno es el nombre oficial que recibió Jujan tras su cantonización en 1986.

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