Saúl Ariel, de 16 años, no pudo saborear el morocho que su tío fue a comprarle, porque la muerte le llegó antes. El adolescente fue encontrado sin vida la noche del 30 de junio en un terreno baldío frente al faro en el ingreso a Anconcito, en Santa Elena.

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Minutos antes del asesinato, Alcívar Cedeño fue visto junto al pariente y reveló a la policía que dejó a su sobrino por unos minutos para ir a comprar morocho caliente, debido al intenso frío que la noche del domingo hizo en el citado puerto pesquero.

Cuando el familiar regresó, se llevó tremenda sorpresa al encontrar a Samuel Ariel tendido sin vida entre unos arbustos. “Al parecer, lo andaban siguiendo porque aprovecharon que estuviera solo para matarlo”, comentó un curioso.

Todo apunta a que el móvil del crimen del adolescente sería la venganza. Testigos indicaron que la víctima, al ver que los sicarios en moto llegaban a matarlo, intentó huir. “Corrió a gran velocidad, se metió a un patio vacío, pero allí los criminales lo rodearon y le dispararon”, reveló un poblador.

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Según datos policiales, el fallecido no registraba antecedentes penales, ni procesos judiciales. En el barrio donde residía la víctima, los habitantes prefirieron no comentar del tema. “En Anconcito cada vez estamos peor y nadie hace nada por nosotros”, reclamó una mujer.

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