En 2018, una mala práctica médica por la zona del hígado y páncreas le produjo pancreatitis a Kerly Santillán. “Los jugos biliares me irritaron el páncreas, este órgano se activó e hizo un hueco en mi estómago. Una parte de las paredes del estómago estaba fistulada (caliches), fui al hospital Teodoro Maldonado, me estabilizaron, pues convulsioné, estaba amarilla y delgada”, cuenta la mujer de 36 años.

Según su médico tratante, el doctor Carlos Esteves, cirujano general y laparoscopista, Kerly no tenía mucha expectativa de vida. “Se le hicieron exámenes, se la pasó a terapia intensiva, se la preparó por 15 días y ya recuperada se le practicó la operación reconstructiva de su pared gástrica y la de las vías biliares”, explica.

Esta operación le cambió la vida a Kerly, pues una semana después pudo comer sin sondas, inicialmente consumía alimentos blandos. Recuperó su peso y tonalidad de piel.

Kenneth Quiroz, de 17 años, sufrió un accidente en una moto en 2019 y el impacto lesionó su estómago, causándole un trauma pancreático, que le provocó desnutrición, pues no era alimentado por su problema del páncreas, lo mantenían con líquidos y sueros. Su estado empeoraba, perdió la memoria, la visión y el cabello de forma momentánea.

Esteves le realizó una reconstrucción general en su abdomen. El paciente estuvo cuatro meses en terapia intensiva. Al siguiente mes, Kenneth volvió a estudiar y empezó a comer normalmente. Su vida mejoró.

Intestino es el reemplazo

La técnica reconstructiva de estómago consiste en usar el intestino como reservorio (bolsa). Este órgano no está diseñado para digerir, pero se adapta rápidamente. Se modifica, ‘coge’ musculatura y hace la función gástrica a la larga, explica Esteves, quien en 2006 aprendió este procedimiento de su padre, el doctor Carlos Esteves Edderman (fallecido).

“Por lo general lo que se hace es empatar el extremo del esófago con el intestino delgado y queda como un tubo; no hay bolsa que permita la digestión. Un paciente come una taza de arroz, se llena, luego se desnutre y aparecen enfermedades producidas por la falta de vitaminas u otro nutriente”, asevera.

Psicológicamente el operado no se percata de que no tiene estómago, se da cuenta cuando se empieza a comer de más y se presenta la llenura.

¿En qué casos operar?

En todos los pacientes que padecen de enfermedades gástricas como cáncer extirpables o sangrados masivos (úlceras).

Sin embargo, hay un detalle a considerar. Como el estómago cumple la función secretora (hormonal), produce una sustancia que necesita el organismo para absorber hierro y formar la sangre, como ya no está este órgano, el paciente se vuelve anémico toda su vida. Esta función la suple la médula, pero demora un poco, por eso hay que hacerle transfusiones de sangre (una o dos) y vigilar al paciente. 

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