En los últimos años, el mundo ha discutido la idea de implementar impuestos a los superricos como una medida para reducir la desigualdad. Recientemente, el Banco Mundial publicó su informe "Impuestos a la riqueza para la equidad y crecimiento", que analiza esta opción en América Latina.

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El término "superrico" se refiere a individuos o familias con una riqueza acumulada extraordinaria, típicamente superior a los mil millones de dólares en activos netos. No solo cuentan con una gran cantidad de dinero; su fortuna incluye inversiones diversificadas en sectores como bienes raíces, empresas privadas, acciones y arte. Este nivel de riqueza les permite influir en la economía y la política global, con acceso directo a tomadores de decisiones y líderes empresariales. La riqueza extrema de los superricos tiene un impacto en la desigualdad y en la concentración de riqueza, temas de constante debate.

En Ecuador, así como en otros 28 países de América Latina y el Caribe, no existen personas con un patrimonio neto superior a los mil millones de dólares, según el Banco Mundial. En la región, solo 12 países tienen presencia de superricos, con Brasil y México a la cabeza, con 44 y 14 billonarios, respectivamente. Perú cuenta con 2 y Colombia con 1.

El Banco Mundial destaca que América Latina y el Caribe tienen algunas de las tasas de impuestos corporativos más altas del mundo, con un promedio de 24,7 %, en comparación con el 23,9 % de la OCDE y el 19 % en Asia. Sin embargo, los ingresos fiscales provenientes de impuestos a la riqueza en la región representan apenas el 2,7 % del total, cifra significativamente menor en comparación con el 12,8 % de América del Norte y el 4,3 % en Europa occidental y central.

El informe sugiere que los impuestos a la propiedad podrían ser un área de enfoque para mejorar la recaudación. En América Latina, el 80 % de la riqueza está concentrada en bienes raíces, pero los impuestos a la propiedad solo representan el 2 % de los ingresos fiscales. En contraste, en América del Norte, donde el 47 % de la riqueza está en bienes raíces, estos impuestos aportan alrededor del 12,8 % de los ingresos fiscales.

El Banco Mundial recomienda que los países de la región modernicen sus sistemas de valuación de propiedades y los procesos de recaudación para maximizar este potencial. Se estima que una recaudación eficaz en este ámbito podría representar hasta el 3 % del PIB, contribuyendo de manera significativa al desarrollo de la región.

El informe advierte que cualquier reforma debe ser progresiva, asegurando que la carga no recaiga en propietarios de bajos ingresos. Además, una mejora en la recolección de impuestos a la propiedad podría fortalecer a los gobiernos locales, incentivar un uso de la tierra más productivo y responsable con el medio ambiente, y reducir la carga fiscal sobre el sector empresarial.

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