La última vez que los familiares de Arnoldo Jacinto Almeida Arzube lo vieron con vida fue al mediodía de este viernes 1 de noviembre.

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Veinte horas después, a través de una llamada telefónica, les informaron la trágica noticia: Arnoldo había sido encontrado sin vida y, para hacer aún más dolorosa la situación, les comunicaron que había sido decapitado.

El cuerpo del hombre, quien era oriundo de Los Ríos, fue hallado a las 20:00, sobre la acera de un inmueble en la manzana 3162, en el bloque 7 de la cooperativa Balerio Estacio, en el noroeste del Puerto Principal. Según una fuente de la Policía, el cadáver presentaba signos de tortura y quemaduras.

Cinco horas más tarde, a unas tres cuadras de distancia, en un basurero de la cooperativa Cordillera del Cóndor, en el mismo sector, fue encontrada la cabeza de Arnoldo, de 50 años.

“Después de encontrar el cuerpo incinerado, realizamos un barrido en la zona y hallamos la cabeza. Por la manera en que fue ejecutado, presumimos que era miembro de una organización criminal que opera en la zona”, señaló una fuente policial.

El área donde se encontraron los restos está controlada por la organización criminal Los Tiguerones, quienes presuntamente se disputan el territorio para la venta de drogas, informó el investigador.

Al momento del hallazgo, la zona estaba sin suministro eléctrico. Fueron dos adolescentes quienes, mientras jugaban fútbol en la zona, descubrieron el cuerpo quemado.

“Los menores relataron que, al ver el cuerpo incinerado, salieron corriendo y avisaron que había una persona muerta. Tanto el lugar donde apareció la cabeza como donde fue hallado el cuerpo son escenas secundarias. Tras las pericias en ambos lugares, el cuerpo fue trasladado por el carro Medicina Legal al laboratorio de Criminalística. Alli la autopsia determinara la causas de su muerte”, añadió la fuente.

La mañana siguiente, los familiares de Arnoldo acudieron a la morgue para identificarlo y comenzar los trámites necesarios para retirar su cuerpo. Una allegada comentó que él trabajaba como taxista informal y que no tenía problemas con nadie, por lo que desconocen los motivos de su macabro asesinato.

En la página de la Función Judicial constan dos procesos judiciales en su contra: uno por alimentos y otro por lesiones.

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